viernes, 11 de octubre de 2013

La enfermedad de la lengua de trapo

Hace muy poco se produjo una noticia de esas que, a priori, no gustan a nadie. Nathan Fleming, un belga de cuarenta y cuatro años, se sometió a la eutanasia al quedar insatisfecho por su cambio de sexo, de mujer a hombre en este caso. Las causas de la petición de eutanasia fueron "sufrimientos físicos o psíquicos constantes e insoportables". Decía con anterioridad que el hecho noticioso no agrada al público por el delicado tema mortal. Así que sintonicé la COPE para ver la opinión que daban al asunto y estuve a punto de morder el volante de mi vehículo. Según un tertuliano estrella y episcopal, afirmaba que lo de la eutanasia no estaba bien visto porque era el no asumir las adversidades de la vida.
Seguro, hombre, seguro. A Ramón Sampedro le iban a ir con estas ahora y a tantas otras personas incapacitadas psíquicas y físicamente. La vida, en algunos casos, es solo cuesta arriba, sin descansos, y es completamente razonable que alguien en estas circunstancias diga: "Anda ya con esto y lo otro, me quito del medio y listo". Que sí, que lo sé, mi discurso es simplista y peca en las envolturas, pero lo estoy diciendo bien manifiesto. La muerte es un derecho más. Y quien no lo vea así espero que no se le den las circunstancias para que piense "con lo bien que estaría en el otro barrio".
Esto se enlaza directamente con Argentina, país donde, atención, es el primer caso del mundo en el que se ha admitido un cambio de sexo en un niño de seis años en el DNI sin procesos judiciales de por medio.
Así de claro (y de clarín). Los problemas cuando antes se resuelvan, mejor. Luego se corre el peligro de cultivar males mayores, pero en absoluto voy a ser tan conservador como algunos tertulianos ni tan fatalista como en párrafos anteriores. Sobra recordar que los menores también están protegidos y amparados por las leyes. El cuidado es el doble, pero hay unos óptimos derechos en niños y adolescentes.
España, país democrático según dictan las leyes, no puede permitirse que la libertad de opinión esté sesgada y comprada. Es un error caer en la voluntad de los poderosos puesto que el periodismo no es el cuarto poder, es un poder más al fin y al cabo tan voluble como el viento que sale del Congreso.
Hay que vivir todo lo posible mientras se pueda vivir así. Si no, bueno, tal vez haya que reflexionar en decantarse por una medida compensatoria. Seamos leguleyos o no, sabemos que la verdad, en algunas ocasiones, está por encima de las letras pequeñas y de cualquier prospecto. Que cada cual la interprete como buenamente pueda.

7 comentarios:

Werra dijo...

Eyy, D. Dani.
Totalmente de acuerdo con tus palabras, para variar, jeje.
Tema complicado donde los haya, pero que es justo hablar de ello, como de también las cosas buenas o fáciles.
Y aunque vivimos en un país democrático, a la iglesia parece que le molesta que le lleven la contraria, vamos, que estarían de acuerdo en volver a poner la "Santa inquisición", los muy pedorros.No te jode.

Bueno Sr. Conde, que voy yo con una novela, que me ha venido a la cabeza después de leer tu última respuesta.

--Pista 1. Aquí te cito la famosa dedicatoria de esta ejemplar novela española: Dedico esta edición a mis enemigos,
que tanto me han ayudado en mi carrera.
--Pista 2. La novela empieza con una carta de pre aviso en la a un jalifante de la época, le dice que le va a mandar un manuscrito desde la congoja, el cual es la propia novela.

Aquí le dejo D. Dani,el famoso principio:

Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo. Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera y en destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte. Hay hombres a quienes se les ordena marchar por el camino de las flores, y hombres a quienes se les manda tirar por el camino de los cardos y de las chumberas. Aquellos gozan de un mirar sereno y al aroma de su felicidad sonríen con la cara del inocente; estos otros sufren del sol violento de la llanura y arrugan el ceño como las alimañas por defenderse. Hay mucha diferencia entre adornarse las carnes con arrebol y colonia, y hacerlo con tatuajes que después nadie ha de borrar ya.
Nací hace ya muchos años -lo menos cincuenta y cinco- en un pueblo perdido por la provincia de Badajoz; el pueblo estaba a unas dos leguas de Almendralejo, agachado sobre una carretera lisa y larga como un día sin pan, lisa y larga como los días -de una
lisura y una largura como usted para su bien, no puede ni figurarse- de un condenado a muerte.

Daniel Atienza López dijo...

Válgame Dios, amigo mío, qué difícil me lo pones, jaja, y que aburrido seria esto si no fuera así. Para colmo es una novela española como me gustan.
Estoy perdido con las pistas y con el texto no te digo más.
De todos modos, está tan bien escrito lo que he leído que no dan ganas de volver a escribir cuando esto sucede.
Dame alguna pistilla más, jaja... cuando lo acierte ya tengo fragmento para seguir el hilo, que conste. Poco más compañero. Un abrazo.

PSD: El fragmento que pones es muy interesante.

Werra dijo...

Buenos días D. Dani.
La verdad que visto ahora que lo acabo de releer, suena jodido de acertar, sí.
Alguna pista más...

Pista 3:Que el autor, le gustaban las fabes, jjajajaja. Recuerdo que en un anuncio de TV. le preguntaban:

--Hace unas fabes, D. _______?
(y él muy ufano y directo, con el bozarrón que le caracterizaba, le soltaba)
--¡¡¡Venga!!!
Pista 4: Hacía gala siempre de sus habilidades culinarias, y no me refiero a las de la manduca como parece dar a entender, sino a las de la parte trasera, esa donde termina la espalda. Haciendo incluso una vez una demostración in situ, con una palancana llena de agua, donde dejó clara su facilidad de absorción por la impudica parte.
Pista 5: Ahora que deberías saber a que autor nos estamos refiriendo, este gallego internacional, Premio Príncipe de Asturias, Cervantes y Nobel de literatura. Con una de sus obras más famosas que a casi toda mi generación de estudiantes nos hicieron leer en el cole.

Hasta ahí puedo leer.

Daniel Atienza López dijo...

Jajaja. Me has dejado blanco con la pista número cuatro. No sabía que un escritor con tanto renombre, nacido de donde son los pimientos pequeños y ricos, tuviera esos gustos tan... exquisitos.
Gracias a tus pistas puedo decir que es Camilo Jose Cela y que su libro no me lo he leído en la vida, pero que tiene mu buena pinta. ¿Puede ser la familia de Pascual Duarte? De no ser así no me rindo todavía eh, jeje.
Siempre confundo al día con la noche, es decir, a Umbral con Cela y no sé muy bien qué es para uno y qué para otro, pero vamos que los dos me parecen auténticos cracks de la literatura.
Poco más Florín, le debo dos emails. Uno contestando a lo de Schmid y otro con el nuevo, novedosísimo, fragmento que correrá de mi parte. Un abrazo camarada.

Daniel Atienza López dijo...

Vamos allá camarada! A buscar con ahínco la bola dragón, jaja. En fin, qué series había antes. Bueno pues empiezo:

Pista 1: Su anterior libro me lo recomendaste tú. Se publicó en 2011 en la editorial Espasa y fue un éxito rotundo en las redes sociales y un bombazo por lo sorprendente de su éxito.

Pista 2: El autor (chaval) es mu moreno...

Pista 3: Es de este año, 2013.

Vamos allá:

"Tacto he hilo se separan y, de pronto, un globo comienza a caer hacia el cielo. Es una caída lenta pero a la vez irremediable. Irremediable no porque sea imposible atraparlo, irremediable porque nosotros, los adultos, ni siquiera lo intentamos, solo los niños lo hacen.
Ellos, a pesar de acurrucar sus dedos y no sentir ya la cuerda que sujetaba su ilusión, continúan manteniendo la esperanza. Corren, saltan, lloran, gritan... señalando ese punto que va desapareciendo entre un azul que lo ocupa todo.
Adulto y niño observan la misma escena, pero con miradas distintas: ellos piensan que el viento lo traerá de vuelta, que algún pájaro lo atrapará con su pico o que, quizá, con suerte, otro niño sacará su mano por la ventanilla de un avión y lo volverá a coger. Nosotros no, nosotros sabemos que se ha ido, como lo hacen los recuerdos entre la vida, como lo hace la inocencia entre los años, como lo hacen las lágrimas entre las decisiones.
Y así cayendo, el globo termina por convertirse en cielo, momento en que se descubre la frontera entre las edades: los niños piden otro como si todos los globos fueran iguales, en cambio, el adulto se pregunta qué podría haber hecho para evitar perderlo, pues sabe que ése era único. ¿Dónde caerá? ¿Qué dirección llevará? ¿Podríamos haber hecho algo por evitarlo? Y la pregunta para la que uno nunca está preparado: ¿realmente se escapó o lo dejamos marchar?"

Pues esta es la introducción al libro que digo.
No sé más pistas... bueno sí el título puede tener que ver con el polvo que movemos cuando cambiamos los muebles de sitio.

Ya me cuentas Florín. Un abrazo. ¡Buena semana!

Werra dijo...

Buenos días Sr. Conde.
La familia de Pascual Duarte, efectivamente. ¿Recomendarlo? Pchis, Pichas. No sé. No tengo un gran recuerdo de su lectura, quizá venga de la edad en que lo leí o quizá del escabroso tema que trata visto en un niño que ni entiende ni quiere entender con sus 12 años.
Igual la Srta. de turno que lo mandó, quería que viésemos o admirásemos su profunda pluma, no el tema en que trata en sí. Nusé, nosotros solo pensábamos en jugar al fútbol, o algún progre como yo, en dar besos a alguna damisela bien dotada de delantera de tu clase, jejeje.

A tu propuesta de novela, que decir, el autor es evidente que se trata del Sr. Eloy Moreno que tanto me gustó en su primera novela. Por cierto, ¿la llegaste a leer? y seguro que me has comentado algo y no lo recuerdo..... Que cabeza sujetan mis hombros, cada vez pero con mi memoria (La P.V. jajajajaja)
El libro no lo he leído, pero sé que existe, está claro. En mi baguería con la lectura últimamente, quizá ése sea el primero que tengo pensado leer, y antes de que finalice el año si cae en mis manos.
Título exacto no lo recuerdo bien, lo vi de pasada en una papelería del barrio, no hace muchos días mientras paseaba a mi tigresa, la Luna.
Era algo de Las pelusas bajo el sofá, o algo así.

Venga Sr. Conde, que en el próximo texto te pongo otro un poco más actual que tengo ya en la chirimoya.

Un abrazo, y besos para la costilla.

Werra dijo...

Errata evidente: cada vez pero con mi memoria (La P.V. jajajajaja) NO
cada vez PEOR con mi memoria....