sábado, 30 de enero de 2010

Cenicero

No me gusta el trabajo. Siempre estoy dentro de este anquilosado bar. Envuelto por el jaleo cosmopolita de los transeúntes. Lo mejor es escuchar las conversaciones de la gente: ofertas de negocios, infidelidades, proyectos, cotilleos, manías, miedos, dudas... Sin embargo, es horrible que te quemen el rostro y no sentir nada. Es lo que supone ser de cristal. Por aguantar aguanto hasta el humo. Tampoco sé si mis demás compañeros son tan serios como yo; como sólo miro al techo y no me puedo girar...
¡Qué desidia estar siempre quieto! Las tazas y los vasos al menos son besados y van de un lado a otro; además la saliva tiene que ser distinta si va destinada a un sorbo que a una calada. Tampoco hagan mucho caso de alguien que tiene una pegatina Amstel en la espalda. Claro que ellos se caen más; ver romperse un cenicero es algo menos frecuente.
Que infortunio ser un recipiente donde arrojan todo lo que ya no vale. Soporto chicles baboseados, envoltorios, chicles dentro de otros envoltorios, restos de comida masticada y sin masticar, los consiguientes palillos usados, cáscaras de pipa, céntimos... menos mal que de cuando en cuando se apiadan de mí. En fin, lo mío es una labor sustentada por la paciencia. Qué otra cosa puedo hacer. Por otro lado, y sin que nadie se entere, he de confesar el hecho que me produce mayor felicidad. Éste no es otro que cuando alguien deposita un cigarro en cualquiera de mis cuatro oquedades. Me siento completo, satisfecho, realizado. No me percato, pero seguro que, alguna que otra vez, he dejado escapar una pequeña sonrisa.
Al concluir la jornada me rescata una mano, me agita bruscamente como si con esa acción se fuera a deshacer de toda la porquería que ahorro, me pasa un paño, que por el color que muestra ya debe de oler mal y concluye aromatizándome; al menos no todo el mundo puede acabar el día laboral oliendo mejor de como lo empiezan. Humanos.

viernes, 29 de enero de 2010

La canción

Bueno. Me llamó una vez más y todo con ella me sabe a poco. No llevo la cuenta, pero creo que ya ha venido más a por mi que otras que estuvieron más encima. El otro día, hace meses en realidad, escuché una oración de una letra de Serrat: “Me diste tanto que cabía en la palma de la mano”. La maldita oración es original.
Así que, ahí estaba yo con una Heineken saboreando sus momentos. Con lo difícil que lo tiene para verme y siempre acaba sorprendiendo; esta hada y madre.
Rompo aquí para invitar al vecino de Las colinas; el que tiene una autocaravana, simpatizante de Izquierda Unida, a que ya puede quitar las luces navideñas que tiene en la parcela. No es por ser crítico ni petulante, pero visto positivamente, a este paso, será el primero en recibir la próxima Navidad.
Retomando el tema musical. Recuerdo una habitación en el hospital de Fuenlabrada llena de pacientes muy medicados. Hacía esfuerzos hercúleos por ver nítidamente las fotografías de la prensa del corazón que había en aquella sala de ocio improvisada; la única de todo el edificio en la que está permitido fumar. Leer era del todo imposible. Uno se sentía inútil con las pupilas relajadas. Harto de no lograr nada dejé la revista en la mesa y me hundí en aquel sillón azul marino roído por el tiempo y el roce humano. Un paciente con una medicación más severa que la mía empezó a tararear una melodía e intentaba cantar la letra como si los músculos de la mandíbula y de la lengua estuvieran agarrotados. Debió verme abatido sin nada que llevarme al alma y cuando se cansó preguntó que si sabía alguna letra. Intenté evadirme diciendo que era muy malo para cantar, pero se mostró tan insistente que no me quedó otra; además, ¿Había allí algo mejor que hacer?
Opté por 19 días y 500 noches de Sabina. Me lancé con la gracia que tiene un gallego de Lugo ebrio. No pude decir más que dos oraciones. Para mi sorpresa la letra se había volatilizado. Que rápido se va algo de la mente y cuanto cuesta aprehenderlo (si, con hache). -¿Ya está? Me preguntó el interlocutor vehemente con su cara inexpresiva.
¡Joder! Lo que hubiera dado por recordar la mitad de la letra aunque fuera. Más que complacerle a él, por complacerme a mí mismo.
Así que, creo que deberíamos sabernos al menos una canción entera por si alguien nos señala en una boda o en la despedida de soltero, en una misa (juraría que las plañideras a parte de llorar también entonaban temas tristes), en un cumpleaños, en una reunión familiar o en el peor lugar del mundo. Tener una letra en la manga, al menos, ya es algo.

jueves, 28 de enero de 2010

Gran Hermano 11

Vestida con una chaqueta elegante de color blanco y una falda negra (ya es hora de que la vistieran bien), en las antípodas periodísticas de su hermano, aparece Mercedes Milá para cerrar la undécima edición, que se dice pronto, del Gran Hermano (GH).
No hubo sorpresas. Ángel se vio ganador desde que celebró en el suelo la expulsión de Gerardo la semana pasada (para mi el personaje de la edición junto a Tatiana).
Lo más destacable fue que la presentadora dejó atrás el gancho de ir adornada cada semana con un fruto seco, que lo que se vio de GH12 desprendía el típico aroma a Telecinco y no era tan futurista como se pretendía, y que, al menos dentro de la falsedad, se ha hecho justicia con el ganador en un programa que perdí de vista hace diez años. También, mostraron un montaje donde se veía la personalidad de Mercedes Milá fuera del directo; más de lo mismo.
Hablando de perder. Ya no se aprecia el buen rollo entre concursantes de la primera edición y los ganadores ya no tienen tanto carisma, aunque creo que Ángel tiene más que el último que se llevó el gato al agua. Todo ello sustentado en una lógica falta de ideas y sorpresas.
¿Qué necesidad hay de seguir produciendo el mismo programa otro año?
Pues muy sencillo. Telecinco configura su parrilla conforme a estos contenidos. Además, es una obra de culto de donde salió Kiko, gran profesional donde los haya, que, a su vez, vive de las otras ediciones. Un proceso retroalimentativo muy singular. Se come y se fagocita así mismo.
Pero hay un hecho que me consterna. GH intenta o simula crear una microsociedad dentro de un hogar. Salvando las distancias del premio monetario y de la posibilidad de actuar frente a unas cámaras, la realidad siempre supera a la ficción. Con esto quiero decir que si los concursantes me han parecido falsos, seguro que en la vida real hay gente igual o peor, de hecho he visto reacciones y comentarios en algunos casos, que me eran familiares. Es más, considero que es la propia sociedad y las relaciones interpersonales las que nos empujan a vivir con el fin como objetivo antes que hacía los medios para alcanzarlo.
Conclusión, somos lo que vemos y leemos.

miércoles, 27 de enero de 2010

El fin de mi mundo

El fin del mundo. Esa fue la frase utilizada por la mayoría de los medios de comunicación para referirse al huracán que iba a asolar la costa este de América central, aproximándose a gran velocidad sobre el Atlántico. Trinidad y Tobago sería el soldado en primera línea de batalla. Una isla minúscula para algo tan colosal, la fuerza extrema del viento.
La gente había abandonado ya las calles. Todo había quedado envuelto en un vacío sepulcral. Lo único que quedaba vivo ahí fuera eran las hojas de los árboles, de los periódicos y las bolsas que corrían prestas por las calles. Los pájaros y demás animales también habían huido a algún escondite o volado, sin más, de la isla. Lo más razonable era haber huido con todos ellos, pero el mayor huracán del siglo XXI merecía un asiento en primera fila.
Paul encendió el televisor y se apontocó en su cálido y confortable sillón. Pronto comenzaría su serie favorita en HBO. Cuando empezaba la cabecera era el instante para ir al frigorífico y coger una cerveza; húmeda, resbaladiza y fría. Al regresar decidió asomarse por la ventana a ver si había empezado ya el conciertazo. Los árboles se habían detenido, las calles estaban llenas de basura, el cielo había adquirido una tonalidad gris verdoso; la tormenta estaba a punto de reventar.
Como estaba algo nervioso, Paul se apresuró a tomar asiento de nuevo. Un relámpago, el primero, quebró el cielo. Un ruido electrizante cobró presencia. Parecía como si todos los insectos del planeta se acercaran abatiendo sus alas. Luego vino el trueno, que dio pie al vendaval que aguardaba invisible ahí fuera. Los árboles se doblaban, los cubos de basura recorrían las calles de arriba a abajo; la fuerza del aire empujaba los vehículos, lentamente, sin la resistencia del freno de mano. En medio de la debacle y el ciclón estaba sólo un hombre, el único ser vivo a unos cincuenta kilómetros a la redonda. Los postes de la luz ya se encontraban abatidos en el suelo, cuando el tejado de mi casa, y gran parte de ella, desapareció. Es lo malo de la fragilidad de la rasilla. Un cascote reventó la pantalla del televisor. Se acabó la distracción. El huracán debería estar justo encima. Una bocanada de viento, una mano invisible, se introdujo en lo que quedaba de hogar y le arrebató el peluquín que se alzó por las nubes hasta perderse de vista. Se agarró al sillón para la embestida final, pero la potencia del aire, poco a poco, fue disminuyendo. Cuando sólo quedaba de nuevo el silencio, salió a la calle para comprobar que las demás casas se encontraban iguales o peor que la suya.
Ahí estaba. Incólume y hastiado. En mitad de un vertedero de escombros y sin peluca. La intención del principio no era esta.

Sobre Ferrán Adriá

Mi ilustre chef español (perdón, catalán... por si acaso). Anoche vi la noticia de tu retirada por televisión. ¿A nadie se le ha pasado por la mente que te piras porque la clientela ha bajado?
He leído los comentarios de los usuarios de El Mundo (http://www.elmundo.es/elmundo/2010/01/27/cultura/1264587312.html) sobre este tema y aunque cuentan que son los del propio restaurante los que eligen quienes van a comer (lo nunca visto, vamos) para mí hay mucho de crisis económica y poco de escapada romántica.

No sé cómo puedes permitirte el lujo de decir que dejas El Bulli (uno de los mejores restaurantes del planeta calificado así por vayan ustedes a saber) por estrés y por la presión que conlleva la competición de las estrellas Michelín (que a la larga será como un Óscar... si pagas ganas). Debe ser duro estar quince horas al fogón, pero la mitad de castigado que barriendo calles en invierno o descargando camiones.
He de admitir mi fuerte escepticismo hacía los restaurantes de “pitiminí” porque no concibo el precio desorbitado de una migaja de zanahoria acompañando a la milésima parte de una morcilla criogenizada (no aparece criogenizar en la RAE. Que raro) al igual que no soy partidario de los masajes impregnado de chocolate.
En el texto del diario y dirección citada con anterioridad he visto que un periodista alemán critica el uso de la aplicación de aditivos a los alimentos. Imagino que el tal Jorg Zipprick se refiere a la cocina de hidrógeno y a eso que escuché llamar cocina de deconstrucción (creo que es todo junto). No sé si de ahí viene lo de cocina molecular o de dónde; quiero pensar en afirmativo, porque las tartas que hago también llevan moléculas; de lo contrario seria como cocinar oxígeno; es decir la nada.
Retomando las estrellas Michelín (ya he caído en el porqué del sobrepeso que tiene el muñeco blanco afable) me ha surgido la inquietud sobre cómo resuelve uno de estos agentes la duda de conceder la estrella a un restaurante u otro. Y, francamente, prefiero no saberlo.

sábado, 23 de enero de 2010

Frases para mi historia

Es difícil acordarse de estas tonterias pero haré un esfuerzo y sacaré a la palestra las frases más curiosas o las que me han hecho pensar. Tampoco me quedo con todas y no recuerdo muchas. Para ser objetivo. Pondré buenas y malas, sin nombres.

1-“Eres tan feo como Arnold Schwarzenegger”: Me quedé a cuadros. Lo dijo una conocida hace la tira de años pero todavía se la tengo jurada. No le encuentro explicación porque no soy ni tan musculoso como él ni tengo el pelo cepillo. Nusé. No hizo falta mandarla al quinto... madroño. Se fue solita.

2-“Este chico... es... se parece a alguien... es atractivo”: Esta frase la dijo la hija de mi oftalmólogo. Tendrá cuarenta y pico. Es como la señorita Rotemmeyer. Una estirada del carajo. Lo tomo como un cumplido. La gracia radica en que no le salía mi parecido y cuando dije Arnold dijo: -si ese. No sé cómo me miran, la verdad.

3-“Tiene unas cacho orejas...”: Me quedo mirando al creador de esta frase. Observo que pone una cara cuando la pronuncia en plan “ETA ha puesto una bomba en Atocha”. Se está refiriendo a la monitora del gimnasio. Algunos defectos físicos mirados finamente pueden resultar sexys o normales. Medir algo sólo por lo malo es jodido (hablo con conocimiento). Sobre todo cuando esta mujer es un primor de chica desde todos los ángulos y perspectivas que la puedas apreciar. Es como decir que de trece partidos (el fútbol siempre da buenos ejemplos) quedamos invictos y alguien en el fondo salta: -¡si, pero empatamos uno!

4-“Pan”: Fue lo primero que dije según mis padres. Ante todo, la tripita llena.

5-“Se ha chocado una avioneta con una torre”: Esta frase es una de las míticas en mi vida. La dijo mi madre cuando el 11-S, refiriéndose al primer avión comercial repleto de pasajeros. Cuando vi las imágenes me dí cuenta del profundo lado positivista que tiene mi madre. Me encanta.

6-“Ha sido ETA”: Ese gran Acebes y su cara de “no he roto el plato” desde TVE1 el día del 11-M. Luego en la COPE una compañera no sé si en plan de coña o no, me dijo que cómo estaba tan seguro de que había sido Al-Qaeda. Todavía lo estoy flipando. Fue ya en 2008.

7-“Es como Matrix”: No guardo buen recuerdo de esta frase de cosecha propia. Fue un momento muy duro. Lo curioso es que seis años antes de esto hice una comparativa en un examen de filosofía en el instituto. Comparé el mundo de las ideas de Platón con Matrix y saqué una de las mayores notas... o la mayor; ya no lo recuerdo.

8-“¿Esa película la has hecho tú?”: Mi abuela dice esto cada vez que saco en el pen una película que he bajado. Quiere decir que si la he grabado yo, pero siempre hace la misma pregunta. Yo le sigo la bola y le digo que me costó un mundo ser el actor principal, secundario, director, productor, iluminador, guionista... La vacilo demasiado. Pero lo hago para que no se apalanque. También le doy, de vez en cuando, algún sustito. Me los curro bastante. Alguna vez que otra creo que me los ha devuelto la señora.

9-“Siempre has estado delgao pero tienes tu culito”: !!!Vamos yaaaa!!! Alguien que me mira con muy buenos ojos, jajaja. Un primor.

10-“Eres un chulo”: Esta frase la dijo una compañera del último lugar donde trabajé. Antes de que me dijera esto me había enumerado una serie de labores que tenía que hacer. Le contesté que eso lo hacía en nada. Siempre considero que en una empresa tienes que dar una imagen potente, agradable y sincera. Me cogió la espalda, aggggh. El trabajo no era tan complicado, en serio.

11-“Si te quedas vivirás como un rey”: Al final no me renovaron, pero esta idea me gustó porque imaginé a mi madre y abuela contentas. Qué iluso.

12-“No hace tanto calor para llevar ese abrigo. Las rayas y los cuadros no pegan”: Esta consejera a lo fashion victims hizo demasiado hincapié en el abrigo negro que llevaba ese día. De acuerdo que no hacía tanto frío, pero si sé que te vas a poner así; antes de salir de casa te pregunto que ponerme. Diossssss.

13-“Lo compré en el estanco”: Cada vez me quedo más alucinado con los instrumentos que se venden ahí para fumar y hacerte tus movidas. La dijo un experto en cachibaches. ¡¡Arriba los grinder!!

14-“Tienes cuerpo de mujer”: No sé ni qué responder. El colega que soltó esta frase sin ir ebrio (manda huevos). Decía que no tengo espaldas (cierto), que tengo el culo pequeño (cierto; no sabía que los amigos me miraban tanto la zona), que no tengo caderas ( válgame dios si me crecen un día de pronto). Lo bueno radica en que él corría como una locaza y la chica con la que está ahora..... bueno esto no es un espacio de crítica; aunque me pongan a caldo.

15-“Te escribí para saber de tí porque es Navidad”: Este colega se dejó influenciar por los villancicos, belenes y árboles de Navidad. Tiene un kit de equipamiento de primeros auxilios en el maletero. Un día me tomó la tensión, mola. Lo mismo me pido un kit para los reyes próximos.

Aquí lo dejo. Puede que haga una segunda y tercera parte.

Réquiem por un soldadito

(No sé cómo, ni de qué manera; un soldado raso y su superior comparten posición en el campo de batalla)

-¡Señor nosotros tenemos mejores armas!

-¡Tal vez, soldado!

-¡Mi señor, no importa la guerra. Lo importante es estar aquí!

-¡Avance raso!

-¡Señor. Se me ha desatado el cordón!

-¡Continúe sin detenerse!

-¡Mi señor he perdido la bota!

-¡No importa. Le queda la del otro pie!

-¡Señor en derredor ya silban balas!

-¡Prosiga con la marcha soldado!

-!Mire. Parte de nuestro pelotón huye!

-¡No se detenga!

-¡Señor se ha encasquillado el arma!

-¡Todavía conserva su machete!

-¡Mi señor. Son más numerosos y están mejor posicionados!

-¡Corra hacía sus trincheras!

-¡¡Señor me han dado. Moriré!!

-Todos morimos. Vuélvase y llénese de júbilo con todo el camino recorrido.

miércoles, 20 de enero de 2010

Queridísimo misántropo:

Con motivo del desastre en Haití, del que no voy a hablar, porque una imagen vale más que estas palabras, ha saltado a la opinión pública un personaje al que voy a llamar "Y". Este "Y" era el típico millonario a lo Ciudadano Kane; es decir, el que lo tiene todo y no tiene nada.
De pronto le ha llegado la muerte y antes de este hecho ha tenido la sana idea de dejar toda la herencia a la familia real (sin mayúsculas) al no tener descendencía. Menos mal que la realeza ha tenido diligencia y ha obrado con sentido común; destinando la cuantía a los afectados por el terremoto. No sé qué se te pasó por la chola. Te imagino con canas y las gafas de pasta, en ti ortodoxas. No me hubiera gustado intercambiar contigo un hola, ni probar lo rancias que tenían que estar ya tus pastas. Tal vez, en tu soledad, recurririas a las profesionales del amor. Los únicos angelitos que aguantaban tu áspero trato y tu baba agria.
A pesar de todo, no te culpo exclusivamente a tí. Tus padres son los culpables de edificar una familia que, a veces, como en tu caso, acaba en tragedia.
Soy de los que opina que el no tener hermanos es como tener un hogar con las cañerias en mal estado o un vehículo sin seguro. Y más en los tiempos que corren; donde no se sabe lo que buscan ellas, ni lo que queremos encontrar nosotros.
El número uno es egoista y ganador. Fernando Alonso es un uno y Cristiano otro (el once titular del Real Madrid es un diez más uno). El dos y el tres son números mágicos. Las Williams son dos que compiten por ser una. El arte y la gracia de los Tricicle, que son tres (uno más uno más uno).
Pero hay más parejas famosas como Zipi y Zape, Mortadelo y Filemón, Thelma y Louise, Laurel y Hardy, Simon y Garfunkel, Bonnie y Clyde o el coyote y el correcaminos.
Un contraejemplo sería Zapatero que es un ciento cien y así nos luce la barba. Y si vemos la cantidad de artistas que se desvinculan de sus parejas o grupos y deciden ir por libre... ¿cuántos triunfan?
En fin señor "Y". Que poca falta le hacías a esta sociedad. Que vacías tienen que estar las salas psiquiátricas sin personas como tú. No sé quien se habrá atrevido a escribir algo alagador en tu lecho.

lunes, 18 de enero de 2010

GLOBOS DE ORO 2010.


Como cada año se han concedido ya estos premios que suelen ser la antesala de los Óscar ®.
Nos ha quedado la lectura de que ni Pe ni Pedro se han llevado el caramelo a la boca (lo más seguro es que no se hayan rascado tanto el bolsillo para ello).
Avatar se confirma como la mejor película del año y sube a las nubes a su director con otro premio más en su carrera (a ver qué dice este año después del: -I´m the king of the world!!!). Tiene el camino hacía los Óscar ® lleno de firmes adoquines.
La gala ha tenido de todo. Ha repartido a las nuevas promesas y a las grandes glorías (Meryl, ¿cuándo te retirarás?).
Se ha hecho justicia con Mo´nique, UP, Mad men, Robert Downey Junior (dios mio lo que tiene que cobrar su agente) y Cristhoph Waltz del que sólo he podido oír su actuación absorbente y malévola.
Los desaparecidos de la noche fueron House (muy lógico), Mujeres desesperadas (más lógico), Hung, Distrito 9 (a mi parecer la mejor cinta del año), la banda sonora de Luna Nueva (muy por encima del largometraje) y la ausencia más llamativa es La cinta blanca de Michael Haneke. Algo inexplicable, francamente (menos mal que nadie me lee, porque esta película ha ganado el premio).



Lo mejor fue el apoyo de la gran mayoría en el desastre de Haití, portando lazos de solidaridad. Espero que alguno haya destinado algo.


Aquí os dejo un cortapega de los resultados.


1.- MEJOR ACTRIZ DE REPARTO: Mo'nique - "Precious.
2.- MEJOR ACTRIZ EN UNA SERIE DE TELEVISIÓN - COMEDIA O MUSICAL: Toni Collette - "United States of Tara"
3.- MEJOR ACTOR DE REPARTO EN TELEVISIÓN: John Lithgow - "Dexter"
4.- MEJOR PELÍCULA ANIMADA: "Up"
5.- MEJOR ACTOR EN UNA SERIE DE TELEVISION- DRAMA: Michael C. Hall - "Dexter"
6.- MEJOR ACTRIZ EN UNA SERIE DE TELEVISIÓN- DRAMA: Julianna Margulies - "The Good Wife"
7.- MEJOR CANCIÓN ORIGINAL: "The Weary Kind" - Crazy
8.- MEJOR BANDA SONORA: Michael Giacchino - "Up"
9.- MEJOR MINISERIES PARA TELEVISIÓN: Grey Gardens (HBO)
10.- MEJOR ACTRIZ DE COMEDIA O MUSICAL: Meryl Streep - "Julie & Julia"
11.- MEJOR ACTOR EN UNA MINISERIE DE TELEVISIÓN: Kevin Bacon - "Taking Chance"
12.- MEJOR ACTRIZ EN UNA MINISERIE DE TELEVISIÓN: Drew Barrymore - "Grey Gardens"
13.- MEJOR GUIÓN CINEMATOGRÁFICO: Jason Reitman - "Up In The Air"
14.- MEJOR ACTOR EN UNA SERIE DE TELEVISIÓN- COMEDIA O MUSICAL: Alec Baldwin- "30 Rock" (NBC)
15.- MEJOR PELICULA EXTRANJERA: "The White Ribbon" (Alemania)
16.- MEJOR SERIE DE TELEVISIÓN- DRAMA: Mad Men (AMC)
17.- MEJOR ACTRIZ DE REPARTO EN TELEVISIÓN: Chloë Sevigny - "Big Love" (HBO).
18.- MEJOR ACTOR DE REPARTO: Christoph Waltz - "Inglourious Basterds".
19. MEJOR DIRECTOR: James Cameron - "Avatar"
20.- MEJOR SERIE DE TELEVISION- COMEDIA Y MUSICAL: "Glee" (FOX)
21.- MEJOR PELÍCULA DE COMEDIA O MUSICAL: "The Hangover"
22.- MEJOR ACTRIZ DE DRAMA: Sandra Bullock- "The Blind Side"
23.- MEJOR ACTOR DE COMEDIA O MUSICAL: Robert Downey JR- "Sherlock Holmes"
24.- MEJOR ACTOR DE DRAMA: Jeff Bridges- "Crazy Heart"
25.- MEJOR PELÍCULA-DRAMA: "Avatar"

jueves, 14 de enero de 2010

HUNG (Superdotado)

Andaba yo aburrido en mi sofá cuando di de imprevisto con el estreno de Hung (Superdotado) en Canal +. La serie estadounidense nos trae a un perdedor (Thomas Jane. Deep blue sea, The Punisher) padre de dos hijos oscuros (no góticos) que intenta ganarse su cariño. Es el protagonista principal de la función. Está separado de su mujer (Anne Hache) que también quiere acaparar la atención de los chavales. Ray (Jane) es profesor de baloncesto de instituto, pero no cae demasiado bien a los alumnos porque les insulta. Las deudas le llegan al cuello y encima vive en una tienda de campaña. La vida no le sonríe y decide apuntarse a un curso para potenciar sus aptitudes y hacerse millonario con sus ideas y proyectos. La única salida que se le ocurre a Ray es sacarle partido a lo que tiene entre las piernas; su gran miembro. Pero es demasiado insulso y una amiga escritora (que ya ha probado su encanto) le ayuda a matizar y enfatizar su atractivo y el trato con el género femenino. Todo un arte.
Por lo que llevo visto la comedia pinta bien y ya han nominado a su protagonista a los Globos de oro ®. Habrá que darle tiempo, pero viene bien algo novedoso frente a las series reiterativas que se siguen produciendo.

lunes, 11 de enero de 2010

El significado de las palabras

Eduardo Mendicutti.
Ganas de Hablar.
Barcelona. Editorial Tusquets Editores. Colección Andanzas .Febrero de 2008.
305 pág; 18 euros.


El autor gaditano, Eduardo Mendicutti, ha conseguido elaborar una buena novela. Ganas de hablar es una obra que retrata la vida de un homosexual, Paco de 76 años, que ha conseguido ser toda una institución en La Algaida dedicándose a realizar la manicura a las mujeres adineradas del municipio. Gracias a ello le dedicarán una calle (aunque finalmente sea superpuesta) con el nombre por el que todos lo conocen, El Cigala. A modo de MacGuffin, el escritor te arrastra por el mero hecho de saber si al final, verdaderamente, le conceden o no la calle; pero el verdadero gancho es el personaje de Cigala, que, frase a frase, te va insertando en su mundo. En cuanto a la forma del libro hay que destacar la encomiable labor de Mendicutti en la distribución y disección de episodios y libros. La novela consta de dos libros; el primero de doscientas sesenta y una páginas dedicadas a la Calle Cigala y el segundo, y final, de treinta y tres páginas dedicadas a la Calle Silencio (calle por la que los vecinos pasean al Cristo del Silencio y a la Señora de la Desolación. Dos nombres que guardan relación con la vida de Cigala y que el pueblo de La Algaida no quiere suplantar por ser una calle tan emblemática). Dentro del primer libro, del que se sustenta la novela, hay catorce capítulos que representan los catorce días que van desde el 23 de marzo hasta el 6 de abril. El segundo libro comienza el 12 de abril lo que significa que el tiempo de acción de la obra transcurre durante veinte días, pero hay un lapso entre el final del primer libro y del segundo en el que el autor no narra nada entre el 6 de abril y el 12; generando un vacío desconcertante. Siguiendo con la estructura formal, destacar que dentro de cada capítulo hay símbolos que sirven para marcar elipsis narrativas y que el escritor utiliza para no perder al lector y darle un respiro; suelen ser acciones poco importantes o dilaciones del narrador. Hay nueve en total. Ganas de hablar está contada en primera persona, a modo de monólogo interior, y ese narrador es el protagonista principal, El Cigala. Los demás personajes secundarios se presentan a través de la narración del protagonista; apenas hablan ellos mismos. Este recurso no funcionaría si el personaje no fuera tan redondo. Además, este hecho es significativo porque el lector conoce a los personajes desde el punto de vista y las opiniones que el narrador concede. En lo referente al lenguaje habría que indicar que es otro protagonista más por cinco razones. La primera es que gracias a este recurso el lector puede apreciar que el personaje principal es analfabeto y que lo que escribe está incorrecto porque sólo conoce esas palabras de haberlas oído en las conversaciones, en vez de verlas escritas. Algunos ejemplos son: Feiry por Fairy, vivaporoux, petisuit, arradio, esquins, gais, Blas, Odri Jerbur, récor guines, zenqui por thanks you, zapin por zapping, Robin Jud y un largo abanico. En segundo lugar, todos los personajes guardan el decoro. De este modo el niño de la Batea se expresa como joven que es: “ostia del copón, movidón total” y Cigala emplea un vocabulario regional que denota realidad, como cuando habla del alpechín (líquido maloliente sacado del hueso de la aceituna) y que, a su vez, puede trabar la lectura a lectores de otras comunidades que no sepan que es, por ejemplo, un pipijierve. Dentro de este decoro del narrador también está el uso incorrecto de palabras con “a” inicial, típico de Andalucía como atorrarse o amoto y en cierta ocasión el protagonista quiere ir al cine a ver Brokeback Mountain, un largometraje gay. En tercer lugar, a través del lenguaje se plasma el humor que Mendicutti quiere transmitir; es el caso de la multitud de sinónimos que emplea para referirse al miembro masculino: tubo de escape, trompetín, mandado, pichón, cencerro, mandoble, retablo mayor, rabo de toro, almocafre, alfeñique y lo mismo sucede con el miembro femenino: pringá, raja del precipicio, cococha de urta, boniato, tejeringo, mollete, mortadela, torrija, cazón y gatillito del gusto. En cuarto lugar, algunos personajes guardan en sus nombres determinadas funciones; es el caso de Caimán el pescadero y Manolito Valiente que se arriesga a llevar a cabo una emisora de radio él sólo. Y ya, en último lugar, destacar que Cigala se expresa a veces en femenino y otras en masculino, rasgo que muestra la psicología del personaje; es un hombre que se siente mujer. El Espacio en Ganas de hablar es también importante. En los espacios cerrados se producen los pasajes tranquilos o felices como las manicuras, las pláticas y cuidados con su hermana Antonia que tiene Alzheimer y viven juntas, las zalamerias con el párroco Pelayo en la iglesia, que recuerdan a La Regenta; mientras que en el exterior está el peligro, como las amenazas de los skins mandándole al paredón, las malas miradas de su hermano Ramón que hace tiempo que no se hablan o el malestar público ante la suplantación de la Calle Silencio por la de Cigala. Por otro lado, hay un recurso que ya empleó Miguel de Cervantes en El Quijote. Aparece a lo largo de las páginas 201-203 y el pasaje habla de unos escritores que van a ver a Cigala para entrevistarla y él (o ella) les invita a una sopa de tomate que uno de los escritores promete incluirla en su próxima novela. De este modo realidad y ficción se entrelazan y Eduardo Mendicutti consigue salir así en su propio libro. Debido a que es una obra cuyo contexto se localiza el 21 de marzo de 2006, es fácil de descifrar por la proximidad de los códigos de interpretación. El autor añade multitud de valores extrínsecos a la publicación procedentes de su profesión de periodista y crítico literario como el cambio climático (pág: 13-15), la religión, el problema de ETA (pag: 106, 109, 114, 137...) la inmigración ilegal (pag: 48-49) y una crítica continua a la burocracia y a la suplantación de las nuevas tecnologías en los modos de comunicarse. Por último, nombrar algunos aspectos secundarios de la obra como el sutil erotismo o el humor agridulce. Por buscar una referencia cinematográfica a este libro podría ser cualquier largometraje de Pedro Almodóvar. Ganas de hablar nos viene a transmitir que el silencio amarga y corroe por dentro; es una crítica al silencio de una sociedad y, de paso, al modelo en espiral de Noelle Neumann.

Una escritura vacía

El ángel más tonto del mundo
Christopher Moore.
La factoría de ideas. Madrid. 2008.
249 Páginas, 9.90 euros.

Este escritor americano, cuya obra está influenciada por John Steinbeck y Kart Vonnegut, humanista el primero satírico el segundo, se ha quedado sin ideas. La publicación ha tardado cuatro años en ser traducida, pero ya está aquí. El ángel más tonto del mundo es otra incursión más en una realidad sobrenatural que envuelve a unos personajes, supuestamente, normales. El argumento del ejemplar gira en torno a un muchacho llamado Josh que ve cómo matan a Papa Noel (en realidad es el ex-marido disfrazado de una de las protagonistas, Lena Márquez) y pide que por Navidad vuelva a la vida. Es decir, el autor intenta hacer Pesadilla antes de Navidad pero sin Tim Burton, el equipo técnico ni el compositor; el resultado, esto. En cuanto a la forma de la novela decir que está dividida en veintidós capítulos más uno extra, a petición de amigos y fans, que dice tan poco como los anteriores. De hecho el capítulo dieciséis consiste en una sola frase.
Este es un mal recurso, pero en este caso se percibe como virtud. Habría que matizar que dicha distribución está mal diseñada ya que dentro de cada capítulo hay otros internos y no están considerados como tales. Cuando pasa de Molly a Tucker Case y de este a Lena Márquez, habría que indicarlo con algún símbolo porque la trama varía.
En lo referente al contenido hay multitud de incongruencias. Para empezar la forma de actuar y de hablar no se corresponde con lo que se espera de los personajes; una motivación menos. Un agente de la ley no puede gritar en público: -¡zorra!-, ni, mucho menos, llevar veinte años en el servicio fumando hierba y que no le hayan hecho ningún control rutinario. Tampoco es acorde que una mujer mate a su marido con una pala y a la hora se esté acostando con un agente de la DEA. Con estos indicios ya no se puede afirmar que la obra de este escritor nacido en Toledo, Ohio, se basa en situar a personajes “normales” en situaciones sobrenaturales. Lo mejor que tiene este best-seller es el factor extrínseco, donde los códigos están muy implantados en nuestra sociedad.
El libro vende el american life y son innumerables los ejemplos: un personaje bebiendo el refresco light, comiendo una hamburguesa, la cerveza Budwaiser, la Playstation, las gafas Ray-ban del murciélago que habla español, etc.
Por mucho que Christopher Moore se empeñe en negar que sus libros, aunque ya tengan comprados los derechos, no van a ser adaptados a la gran pantalla, se equivoca. El libro es otro guión más, como todo best-seller que se precie. Cumple a la perfección las reglas: escritura rápida y, por lo tanto, poco lograda, personajes planos con un bagaje psicológico nulo y la sensación al concluir la lectura de que puede haber una segunda parte.
Por último, destacar el recurso de la utilización de personajes que ya salieron en otras novelas. En este caso no concuerdan mucho porque da la sensación de que a este americano se le ocurrió, un buen día, inventarse nueve personajes e insertarlos, a su antojo, en todas las publicaciones. Además, en este libro no mezclan bien, aunque puede formar parte de la sátira que sustenta la obra; pero hasta un subgénero como este guarda ciertos parámetros.

La dureza invernal


Hay que reconocer que no estamos preparados para este temporal. Tampoco es que sean normales estas bajas temperaturas, pero se podría hacer mucho más de lo que se hace. Si centro el percance en mi localidad, he de afirmar que comenzar a esparcir sal en el asfalto a las once de la mañana es equivalente a perder un día de trabajo para los que se quedan aislados y dejar placas heladas en algunos tramos puede acarrear algún que otro susto. Si lo amplío a una perspectiva nacional los causantes del desbarajuste son los mismos; los consistorios y, en mucha menor medida, la guardia civil.
No voy a decir nada nuevo; pero habría que reincidir a modo de queja (o casi de súplica) que los impuestos deben ir destinados a un buen sistema de canalización del agua en las calles y a un buen drenaje en los asfaltos. Sobre el papel es así, pero en la práctica...
No sólo es la nieve, que puede haber como mucho tres o cuatro días al año; lo malo es la lluvia que al encontrarse las alcantarillas repletas de... no sé; convierte a veces el paisaje en un pequeño pantano (con lo desértico que está Daimiel).
Los programas de televisión abren sus chiringuitos y no cesan en mostrar lo extremo que es el clima peninsular: gente que queda atrapada en sus coches, vehículos que los arrastra una riada, muertes por patinazos, por ahogamientos, muertes por muerto.
No falta el paisanaje autóctono: -¡Aquí, hace años que no nevaba tanto!
Las mismas declaraciones año tras año. Que poquita memoria tenemos, carajo.
Ayer, por cierto, 10 de enero de 2010, hacía cincuenta y cuatro años que no nevaba por Sevilla. El cambio climático y sus efemérides.

sábado, 9 de enero de 2010

Perdido

Perdido en el desierto de mis plagas;
daga que descarnas el sinsentido,
carnaza de todas tus añoranzas.
Palpito más ilusión que latidos.

Levanté otro muro con amistades.
La vil inquietud siempre trasnochada
ducha en desligarme los alamares,
trepamuros con piel de salamandra.

Camino sin mapa ni más caminos;
espejo en la arena como horizonte,
sin lana, cómo he acabado en Minos.

¿A qué sabrá Venus en otros montes?
Sin Frestón; que hastíos son los molinos;
mi buque navega sin polizones.

Recuperé deseos del mortero;
las migajas del eden intangible.
Primavera anhelada por febrero,
paladar que sabe a uva y gengibre.

Guiado por una cálida estrella,
veo su luz cuando cae el ocaso;
tampoco me complace dicha estela.
Las langostas contra tu minotauro.

viernes, 1 de enero de 2010

Soledad, no te quiero.

Soledad duerme en mi regazo. A veces, viene con el apellido Tristeza o con Melancolía y otras, las menos, la oigo reír a lo lejos. Qué viste en mí. De qué te enamoraste. Sólo soy como el resto, pero parece que conmigo te regocijas. Hay albas en los que me abres el pecho, de medio a medio, y me haces sentir como un retrato de Frida Khalo. Malvada y cruel como pocas. Envidiosa de mis amigos que sólo me deseas para ti. Mezcla idónea de amante y enemiga.
Has manchado toda la ropa de tu oscuro carmín. Ansías tanto roce que mi piel a quedado impregnada con tu aroma.
Nunca me gustaste pero aquí seguimos.
También he de confesarte que te soy infiel y siempre lo he sido. Tengo ilusión por otras chicas y compañeras. Imagino escapadas, besos, abrazos, miradas, vaivenes, sueños que te roban minutos y se los concedo a ellas; más lo que he hecho alguna vez y no te cuento. Mentiría si afirmase que es sencillo desligarme de tu embrujo; tú, tatuaje en el alma; vaho plácido de todas mis ventanas. Tienes el don de la ubicuidad e intromisión y aunque no haya candados para ti, quiero que seas consciente de toda la alegría que tanto repudias, porque aunque quieras amordazarla no puedes desdibujar los nombres que moldean mis labios. Por muy gélidas que tengas las manos, por muy enamorada que estés.