lunes, 31 de mayo de 2010

Objetos manipulables

Qué pena. Estoy completamente a favor de tener animales y darles lo que corresponde: alimento, agua, cariño y algo de protección. Todo lo que esté fuera de esa lista puede considerarse mal visto e insano. Me refiero a los que dejan la herencia a su mascota porque no tienen a nadie más. Es tan criminal como los que hacen peleas de gallos, de perros o los que, alguna que otra vez, han atado un cascote a la pata de un gato y luego lo han arrojado al caudal. Haberlos haylos. Que se lo pregunten a zutano o mengano.
Evitaré entrar en polémicas sobre con qué alimenta la gente a su hámster o por qué si tanto aman a su perro no le cortan el pelo ellos, en vez de llevarlos a peluquerías caninas; en las que, por cierto, creo que a los canes les vale más que a nosotros. Tampoco quiero entrar al trapo criticando el hecho de vestir a un pomerania y su débil aspecto que parece decir “cuanto más jerséis me ponen, más frio tengo”. No. Sin embargo, es loable y tremendamente meritorio el espectáculo que consiguen los dueños al adiestrar a los pastores alemanes y a otros de igual envergadura. Mientras no haya sufrimiento por parte de ninguno… Es una recompensa bilateral. El humano da una orden y el animal la realiza a cambio de una galleta o caricia. Todos contentos. Que nadie traslade este argumento al extremo de Ivan Pavlov. Y aquí sí que se esconde el verdadero trasfondo del asunto. La cuna del debate. Si la investigación es un bien para el hombre ¿deben seguir sufriéndolo las ratas del laboratorio? Siempre es menos engorroso poner en órbita a Laika que a la antipática de la panadera.
Y, por otro lado siguiendo por los lares caninos, es de aúpa la sabiduría y la destreza de cualquier perro guía que se precie. No encuentro una unión más profunda y razonable que la vinculante entre el invidente y ese ser de cuatro patas, que, aunque no se inculque, sabe que la salvaguarda y el bien de su dueño corren de su cuenta.
En lo básico está la esencia. Tanta parafernalia… casi que sea más de peluches y adornos, que de seres vivos.

Imaginario

Los siguientes sueños me han asaltado en una sola noche. Es otro ejemplo directo de cómo lo que se hace en el día previo afecta a la recreación inconsciente o semiinconsciente. No hay orden. Es una serie de escenas o situaciones sin ninguna lógica argumental, ni relación aparente entre ellas. A cuál más disparatada.
Las expondré siguiendo la duración. De ese modo la primera será la que más estuvo presente (si ello puede ser medianamente válido en un terreno donde el tiempo se deforma y es imposible de medir).
Me encuentro de vacaciones en un complejo turístico en las montañas. En el bar del hotel hay una serie de ancianos que acompañan a los turistas en las rutas que hacen o en otras actividades típicas rurales como montar a caballo, ciclismo, etc.
Una mañana me siento con dos de ellos y me empiezan a contar que su labor es la descrita anteriormente. Añaden que, el otro día hubo un impresentable (utiliza esa misma palabra) que quedó con ellos a las siete de la mañana (intuyo que es para hacer senderismo) y que no se presentó al final; con lo que se fueron ellos dos solos. En realidad están más molestos por el madrugón que por haberse ido sin aquel hombre, porque dicen que ellos suelen trabajar a partir de las nueve de la mañana o las diez.
Al rato piden el desayuno a la cocinera desde la mesa donde estamos sentados los dos hombres en edad de prejubilarse y yo. Les traen tres huevos fritos. Afirman que su dieta diaria es comerse unas veinte tortitas. Paradójicamente, lo que pienso en el sueño mientras miro el plato es que si no se han percatado de que las tortitas ingeridas antes, también llevaban huevo. La cocinera les dice no tener otra cosa que ofrecerles.
Fuera del hotel hace un calor asfixiante, casi desértico. Hay animales en una finca. De ahí sale un caballo. Los hombres inmunes a la salmonelosis están fuera también. Observo a un cuidador de rocines. De repente, me informan de que no hay agua y de que el único modo de conseguirla es de la siguiente forma: Paul Newman (última imagen que vi antes de acostarme en la película Cortina rasgada. No es que lo próximo que describa aparezca en la fuente) introduce la cabeza de un gran galápago en el trasero del caballo; al rato es el propio actor el que la introduce en el del enorme reptil. En seguida me percato de que me iba a quedar con sed, porque no tenía la menor intención de hacer eso.
Al rato sigo en la montaña y pasan imágenes delante mía de una chica de mi edad que también ha posado junto a Newman y que ha estado de vacaciones ahí como se muestra en las fotos. En todas las instantáneas aparece con una malla corta ajustada de color gris (tal y como la llevaban dos de las bailarinas de un espectáculo que había contemplado el día anterior).
La siguiente secuencia onírica trata sobre mi familia paterna. También estamos dando un paseo por la montaña cuando me comentan que van a ir al cementerio a ver a la abuela. Le digo a mi padre que sí sé donde está. En los terrenos detrás de nuestra casa y que están haciendo una carretera sin asfaltar (en la realidad no hay ningún cementerio por esa zona y las carreteras están terminadas). Mi padre me lo confirma y le digo que voy a ir primero. Arranco el coche y aparezco en Leganés. Me invade cierta sensación de nostalgia al comprobar cómo ha ido cambiando la ciudad. Tanto, que han hecho un gran edificio que cubre la fuente principal que hay junto al hospital Severo Ochoa. Dejando la glorieta bajo el monumental edificio.
El último suceso idealizado trata sobre el coche. Estoy aparcando con mi vehículo y los frenos no responden. Va muy rápido y tengo un golpe. Poco más tarde estoy viajando de noche. Voy solo. Es un trayecto largo. En un par de acelerones me quedo sin combustible. Afortunadamente, hay una gasolinera próxima y al llegar a ella pienso en los motivos por los que no me ha saltado la luz de emergencia donde se augura que aún hay para unos kilómetros más. Por si fuera poco sólo dispongo de diez euros. Cantidad insuficiente para todo lo que me espera por recorrer. La dependienta me dice que no hace falta que reposte. Según ella queda más depósito y es normal lo que ha pasado. Intenta tranquilizarme sosteniendo que me queda poco para llegar a mi destino.
Una imaginación tan rica puede ser explicable a lo aburrido del día de ayer. También solía acontecer en las noches previas a un examen.

domingo, 30 de mayo de 2010

Haikus cuatro

Flores silvestres,
aromas mareantes.
Sol que más brilla.

Amor ferviente,
Vírgenes a la espalda,
Suspiros de fe.

Niñas ausentes,
¿A dónde se las llevan?
Maldad herrante.

¡Vaya curriculum!
tanto paro es "ridiculum";
buen casus belli.

Pizzas, tartas,
congelados, galletas...
el imperio trans.

sábado, 29 de mayo de 2010

Iscar al habla


Sube las escaleras algo sofocada y nada más llegar se disculpa por el retraso. Yolanda Iscar (Yolanda Garrido Torres) parece una ciudadana de a pie; demasiado “normal” para un ámbito tan peculiar y extravagante en algunos casos. Junto a ella viene su marido, la hija y la hermana de la autora. Nos comenta que el sueño de un escritor primero es ver su libro publicado y más tarde vivir de ello. Esta mujer cotidiana sostiene que en su segunda novela El enigma de las palabras ha buscado un público más infantil. Sigue labrándose un camino visitando consistorios cada mañana para presentarles su libro. Nada cae del cielo. Sabedora de las nuevas vías de comunicación también está en Facebook… para los que deseen saber más.

1-¿Qué te empujó a escribir otro libro?
El sentirme más madura en esta profesión. Cuando tienes la primera novela y, además, vocación, creo que ya no puedes dejar de escribir.

2-¿Cuáles son tus autores favoritos?
Los que más me han influido son Agatha Christie y Ken Follett.

3-¿Lleva mucho tiempo escribir una novela?
Depende del que tengas. Yo escribo de noche, cuando hay más silencio e inspiración, pero… un año más o menos.

4-¿Alguna anécdota que quieras contar referente a la literatura?
Lo que me llama la atención de la literatura es que es como un círculo cerrado porque todos vamos aprendiendo de todos. Un escritor nunca llega a saber mucho si no lee a otros autores. Vamos cogiendo frases.

5-¿Qué será lo siguiente?
En el próximo libro me estoy inspirando en Escocía porque es una tierra con muchas leyendas. Pone como ejemplo de aquellos parajes el castillo del largometraje Braveheart. Estará escrito con toques de suspense e intriga porque son los conceptos que más me llenan y si me satisfacen, así se transmiten. Haré algo con ideas y algún mensaje para que se lo quede el lector. Quiero hacer algo diferente. La tercera novela será histórica en el siglo XVIII.

6-¿Qué le dirías a alguien que pretende sacar su primer libro?
Primero se le daría un jarro de agua fría y decirle lo difícil que es esto. Se le avisa de que, al principio, van a haber muchas puertas cerradas. Pero si insisten irá haciendo pequeños trabajos que irán aumentando y si no desisten la gente termina por conocerle. Es importante que uno tenga la confianza en que lo escrito es válido.

7-¿Hay mucho de autobiográfico en los textos?
Dejo esencia de mí, pero respecto a los sentimientos no en lo que es en realidad mi vida. Me importa mucho el concepto de familia, el sentimiento de la amistad y así lo he dejado ver en El enigma de las palabras.

8-¿Por qué escribes?
Esto empieza como un hobby, pero creo que la literatura es una adicción. Cuanto más escribes más te involucras. Quieres hacer cosas nuevas, saber más, conocer a otros escritores y una vez que arranca este proceso es cuando puede llegar a considerarse una adicción. El que se mete en esto llega un momento en el que no puede detener ya la escritura.

9-¿Qué elementos consideras que debe haber en una buena novela?
Sobre todo que despierte la curiosidad del lector, por eso incluyo la intriga y que transmita sentimientos. Porque considero que ese es el sabor de boca que al final se queda cuando se acaba el libro.

10-¿Cómo te abriste camino?
Con Única verdad, mi primer libro. Regalé muchos ejemplares y tuve una buena recepción por el público. La Casa del libro pidió treinta y luego como se vendieron encargaron otros treinta más. Luego me llamaron del diario Gente Madrid para entrevistarme por el número de ventas y poco más tarde dejaron que escribiera con ellos algún que otro artículo.
Al concluir la entrevista, Yolanda sigue charlando cordialmente.
En cuanto a los fallos, como el repetir un verbo en el mismo párrafo, no han sido culpa mía, sino del editor, pero me van a hacer una nueva edición corregida.
La escritora seguidora de la poesía admite que intenta aprovechar sus posibilidades para difundirla. Aunque afirma que es un público muy cerrado.
Por último, nos informa de que tuvo la idea de mandar un poema a Fama acompañado de un ejemplar de Única verdad (con el que la autora se siente más identificada). Dicho proyecto consistía en ponerle música a unos versos y que a su vez estuviera representado por una danza. Sin embargo, los productores le pidieron que creara algo más urbano. Saldrá en la próxima temporada del programa.

jueves, 27 de mayo de 2010

Que el oasis no nos confunda

Tiene mala pinta lo del peinado de Fernando Torres. La prensa deportiva es tan resultadista (sin piel ni oso de por medio) que sería adecuado analizar todos los recursos con los que cuenta la selección española para ganar La Sobaquera (la copa del mundo en la que hay dos tíos soportando el planeta con las axilas pelillos a la mar, mientras celebran la victoria) en Suráfrica.
Comenzando por la estética. La nueva imagen de El Niño es demasiado modélica y límpida. Parece que es como si quisiera pasar desapercibido en el campeonato. En 2006 se puso una cacatúa en la cabeza e imponía más. Si con eso captas mejor la atención, lo mismo se fija en él hasta Charlize Theron si está en la grada. Llevar el pelo de un modo más impactante es querer dar espectáculo y comerse el terreno de juego.
Pedrito llega a la selección le dan el 2 como dorsal y lo primero que hace es cambalachearlo sin más. Con lo desconcertante que sería un hombre en punta con ese número. Una pena.
Es cierto que se antoja justa la lista de elegidos. Pero hubiera sido aconsejable llevarse a Senna para jugar hasta con silla de ruedas si la ocasión lo requiere. Bien es cierto, que el equipo amarillo ha hecho una temporada para olvidar; y este hecho no es excusa para desterrar a un jugador que se marcó un partido en el europeo contra Italia para enmarcar en el salón allá en 2008. Por desgracia, sé bien poco de su sustituto Javi Martínez, así que ya se verá lo que cuesta esa decisión. Por cierto, bien por Valdés.
Ahora resulta que el eje Xabi Alonso-Busquets es el más estable y el que más contención da a la roja. Ante esto, como ya decía anteriormente, no hay nada reprochable, de momento. Sí que lo hay en la elección de Llorente. Más desequilibrante que Güiza y algo más certero que Negredo. Hasta ahí bien, pero la presencia de un delantero todoterreno significa que Del Bosque no las tiene todas con los jugones bajitos y si Torres y Villa tienen mala puntería, es dubitativo que este hombre con menos gol solucione el embrollo. Además, claro que es un gran cabeceador, pero Xavi la pone al píe, Iniesta según… y Ramos suele pasarse en altura a no ser que tenga el día como la noche del Ono Estadi y al que espero que Mourinho le situé en el centro de la defensa con o sin hormigón.
Luego están Brasil, Argentina y si me apuran también puede haber una más que atractiva Holanda liderada por un Van der Vaart con hambre de victoria. Italia y Francia no son lo que eran.
De los que no pienso hablar, por no ser pájaro de mal agüero, es de los que van de negro; no vaya a ser…
Lo mejor que tiene la selección nacional es la preparación física y con una temperatura de 15 a 20 Cº se puede marcar la diferencia. De todos modos, se está persiguiendo a un oso y lo mismo sólo nos da para una hiena.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Lo que no tapa la muchedumbre

El Presidente del Gobierno estaba exponiendo sus ideas más brillantes (o las que le habían transmitido que dijera. Escritas en un folio a letra tamaño dieciséis) en un mitin público celebrado en una plaza del norte madrileño. Según ascendía el tono y la vehemencia del líder más frecuentes eran los aplausos cuando se detenía unos segundos por encima de lo previsto. Así eran los códigos invisibles en los actos retóricos y gubernamentales. Tampoco era descartable que hubiera un profesional encargado de comenzar a aplaudir para que luego fuera seguido por la mayoría de los asistentes.
Había alrededor de quinientas personas de todas las edades y razas. El acto se realizó poco después de ganar las elecciones generales con una victoria muy ajustada. En una de las ocasiones, donde ni el político hablaba ni sus fervientes seguidores le premiaban con sus sonoras palmadas, se produjo un peculiar sonido indecoroso. Alguien se peía rocambolescamente. Mariano Rajoy se hizo el sueco y prosiguió con su acalorado discurso. A los pocos minutos regresa la presencia de entre dos rocas muy feroces sale un hombre dando voces de un modo más estrepitoso, pero con la variable de estar entrecortado cual metralleta en pleno fuego. En esta ocasión todos los que estaban próximos a la persona afectada se malhumoraron y hubo, incluso, gente que se marchó de su lado meneando la cabeza mostrando su disconformidad.
Ella lo achacó a que se había puesto perdida de vainilla por el helado en cucurucho que estaba comiendo con precaución de no mancharse. El nieto de la mujer, bastante soflamado, se le acercó a la oreja para decirle, haciendo, previamente, un hueco con sus manos para que le oyeran lo menos posible, que se subiera el sonotone. La abuela, desconcertada, no sabía por qué la estaban mirando tanto. Una vez corregido su volumen, el político continuó expresándose y la anciana siguió devorando el helado con cuidado de no ensuciarse su blusa nueva.

martes, 25 de mayo de 2010

Un gran protagonista

La tarde fue menos calurosa que la del sábado o domingo. Un descenso de las temperaturas que hoy se palpa de forma más acuciada; nube va, nube viene. Los de la caseta nos entreteníamos leyendo, escribiendo un relato de humor para que nos regalaran libros (escogí uno de Vladimir Nabokov) o pidiendo botellas de agua a los del Ayuntamiento.
En un lento transcurrir fue cayendo el sol hasta que apareció a nuestra espalda un hombre canoso, de buen talante y tranquilo, con unas gafas de montura negra y una barba también nívea. Por la voz me pareció un locutor. No. Era Forges. Le saludamos cordialmente con un apretón de manos y lo primero que suelta es lo penoso de la ausencia de gente en la Feria del Libro. Lo equipara a las procesiones de las ferias religiosas para con las vírgenes. Añade que ahí acuden tres millones y la plaza donde estábamos vacía. Expreso que es duro (por qué antes me callaba más lo que pensaba; con lo desapercibido que se pasa) y él me da la razón.
Prosigue criticando con facundia, simpatía y don de gentes, que habría que hacerle algo a los padres que llevan a los niños a los restaurantes y no paran de gritar y chillar. Otra de las perlas es que manifiesta una rigurosa opinión sobre los psicólogos infantiles (y puede que profesionales en general). Ésta no es otra que la de crear una religión para los padres y que sea aceptada por los hijos como sacerdotes.
Lo último de su visita a nuestra caseta (tal vez, visitara a todas pero como daba el pego del típico padre dominguero y familiar que lo tenía ya todo preparado…) fue la idea de crear un concurso de dibujantes cuyo premio es una dedicación personal del propio Forges. Esta aportación tenía la finalidad de descubrir futuros artistas o creativos.
Más tarde concedió una charla de hora y media en la misma sala donde yo había presentado el libro la tarde anterior. Ahí quedó más inmortalizado su humor puro y su desparpajo a través de sus chistes y anécdotas. Un profesional interesante que se atrevió con el consejo de que la vida hay que vivirla riéndose de sí mismo, porque sólo se puede tomar mal o muy mal… a bien, expresaba, no es lógico tomarlo.
Una vez abierto el turno de preguntas le formulé una sobre cuál era el límite del humor y respondió que hay una expresión latina conocida como animus iocandi que de cara a un juez tiene validez; demostrando que lo pretendido con una caricatura es hacer simple y llanamente humor.
Cuando salimos ya era casi de noche. El reloj marcaba más de las diez. Nunca es tan de día como en mayo, ya que junio es verano casi, y le quedan cuatro atardeceres prácticamente. Corrí presto para sacar el vehículo del garaje en el centro comercial. No vaya a ser que me hicieran otra gracia y no me hiciera reír.

lunes, 24 de mayo de 2010

Despúes de la lluvia

Ayer, presenté el libro Después de la lluvia junto a otros dos autores por petición de la asociación de escritores La buena letra, de la que soy miembro. Había preparado una serie de cuestiones sobre la literatura que quise exponer de cara al público, y, aunque me salté alguna, otras no quedaron lo suficientemente claras, conseguí el propósito. No vino mucha gente. Para ser sinceros acudieron demasiado pocas. La media fue que de sesenta y dos invitaciones que mandé a través de una red social, tan sólo asistieron dos amigos. Mi familia se quedó en casa persuadida para que su presencia no me pusiera más nervioso durante el acto.
Ya en la presentación quedaron evidenciados varios hechos: Que los nervios hacen que se me seque la boca y tenga que paladear. El micrófono, que todo lo registra, lo transmite por muchos esfuerzos que haga uno en parecer sereno. Que la dinámica de la asociación es positiva. Que la literatura amateur no interesa a casi nadie y que, por lo tanto, los allí presentes no nos vamos a poder ganar la vida con ello.
Ahora bien, disfrute como un canijo criticando a las grandes estrellas del mundillo y, al final, regalé los dos ejemplares que llevé.
El próximo libro tendrá portada propia, formato de bolsillo y una temática tan enrevesada o más que el primerizo, para facilitar el rechazo generalizado de las editoriales.
En esas se me marchó el fin de semana. Entre que fui madurando el análisis a exponer por las mañanas y por las tardes, a falta de planes más sexis, se fueron pasando los tres días como uno.
Por otro lado, también, estoy a cuatro días de que me confirmen la asistencia a un curso de interpretación de textos en público. De ser así, puede que me enseñaran a remediar mis problemas de saliva. Ojalá, pero tiene toda la pinta a que sea improbable mi presencia en esa peculiar selección donde dan prioridad a las personas asalariadas. A los parados… que nos den.
Como anécdota me quedo con el aplauso que arranqué. Eso es mejor que ganar un premio literario. Aunque, no lo dije, pero con quince o dieciséis años obtuve uno de poesía juvenil aquí, en Moraleja de Enmedio. El don consistía en dos ejemplares del afamado Sthepen King. Sé que no estaba amañado por eso, por quien lo ganó.
Los pequeños detalles son los que ayudan a mantenerse en la línea adecuada. Sea como fuere ayer me sentí un poco protagonista. Que gustazo. Lo demás dejaré que se quede oculto por la patina de los quehaceres diarios. Resulta imperativo el poso de superación reinante que soporto... por mucho que siga escribiendo o hablando por un micrófono es como si uno se estuviera desplazando en círculos concéntricos sin posibilidad de avance.

domingo, 23 de mayo de 2010

El robo

Es de noche. Paso al quiosco que hay en mi pueblo. En el sueño está ampliado y es casi una tienda de souvenirs. Veo, claramente, la estructura metálica dorada del comercio. La dependienta me da mal el cambio. Diariamente, está su marido. Un hombre demasiado domeñable sometido a la presión de la mujer que, ahora, en territorios de Morfeo, se estaba quedando con mi dinero tozudamente. Comienza a excusarse pero sigue en sus trece. Eso me irrita, aunque me da la sensación de estar alterado por alguna otra escena anterior mientras dormía y que no acierto a recordar. Probablemente, y con total seguridad, el espacio del sueño, como son las calles del pueblo y el quiosco, esté estrechamente vinculado al nuevo recorrido por el que paso mientras hago carrera continua.
Enojado y en un arrebato decido llevarme dos peluches como venganza. Los cuales son pequeños pájaros de plumaje rojo y el típico pico anaranjado. Al llegar a casa no me siento culpable y los escondo en el garaje. Aun así decido comentárselo a mi madre, que no recuerdo la opinión sobre dicho asunto. El hecho de que los peluches sean de ese modo y no de otro, puede estar relacionado a la gallina y a la oca que viven sueltas en la parcela. El color rojo puede significar contrariedad; como si el hecho de cogerlos fuera en contra mía.
De pronto llega la Policía a casa (primero un Civil y luego un Local. Justo al revés de por aquellos entonces). En los sueños uno puede adelantarse a los acontecimientos y saber qué va a suceder. Por eso sé que han acudido porque saben de mi robo. Les explico lo sucedido alegando que por hurtar uno o dos no deberían hacerme nada y al registrar el garaje encuentran en vez de dos, ocho peluches. Mi disgusto es soberbio y le recrimino a mi madre, la única persona que estaba al corriente, que ha sido ella la que los ha colocado ahí para que me arresten.
Este acontecimiento se debe a un grave percance que tuvimos hace tiempo, bastante desagradable y que, por lo visto, el subconsciente aún lo recuerda con dolor (no hubo culpables aquella vez). El significado general se me escapa. La conciencia está indicando algo. Intentar bucear en ese mar…
Hay una pieza que baila en el puzle. Como no he vuelto a recrear inconscientemente algo referente a ello significa que se ha mitigado; al menos por el momento. Tampoco es necesario analizar cada evocación que nos acometa durante el REM (fase del sueño en la que se producen las imágenes más intensas).
Al despertar estoy molesto, pero con nadie en particular. Los días en los que no se está fino puede que comiencen a cuajarse desde los sueños de la noche anterior.

sábado, 22 de mayo de 2010

Haikus tres

Me languidece,
emana a borbotones.
La vida se va.

Vuelan palomas,
migajas por el suelo.
Madrid madruga.

Verdes talados.
Nuestras selvas desérticas.
Tabula rasa.

Suenan los móviles.
Ánimas electrónicas
como humanoides.

Pero qué raza
¿Dónde están los masones?
Perdió en su búnker.

Dunas lejanas;
retumban los tambores.
Sáhara te engulle.

jueves, 20 de mayo de 2010

Arte desde Corea del Norte

Ya se ha montado el lio. Una muestra de arte norcoreano, que expone una clara temática sobre el régimen de Kim Il-sung cuando era dictador de Corea del Norte, ha levantado ampollas para sus detractores. La exposición tiene el escueto nombre de Flores para Kim Il-sung: Arte y arquitectura de la República Democrática Popular de Corea y se exhibe en el museo austriaco MAK.
El director de dicho museo ha tenido gran ojo ya que este debate generado le viene muy bien de cara a la publicidad y su correspondiente recaudación. De facto, la controversia es una característica pública muy ligada al arte.
Aquí, en Barcelona, también se están exponiendo reproducciones artísticas del país coreano sin tanto ruido. El dato demuestra el avance de la sociedad catalana y lo cercada que está la de allí.
Los treinta carteles propagandísticos subyugables del fallecido padre de Kim Jong-il son bastante básicos, pero la obra de Ri Tong Gon In early morning muestra más connotaciones artísticas que los otros dibujos dictatoriales.
Aparecen cinco mujeres asiáticas sonrientes ataviadas con ropa cómoda como si fueran a irse de excursión al campo, pero contrasta la imagen de una ciudad de rascacielos corroída por la polución ambiental. Otro aspecto a destacar es que van paseando por mitad de la calzada. Ellas son el primer plano y el segundo, conseguido por el punto de fuga marcado por las líneas de circulación en la carretera, es el paisaje de la ciudad donde se muestra un trabajador del estado que va limpiando la calle con una sonrisa en el rostro. Un hecho ficticio puesto que no es muy dado la expresividad en su cultura. Algo que habrá sido bien acogido por el posible líder que haya encargado el cuadro.
Un detalle obvio es el color rojo en sus ropajes. Símbolo del comunismo o el hecho de que tres de las cinco protagonistas lleven consigo una escoba como si estuvieran limpiando la sociedad a su paso. El segundo color más importante es el azul para infundir tranquilidad y sosiego.
El título hace mención al modelo que intenta implantar el régimen autoritario: trabajadores sonrientes desde por la mañana.
Pues sí. Es arte.

Libres, por encima de todo.


John Stuart Mill
Sobre la libertad
Madrid. Biblioteca Edaf. 2004. Primera edición en 1859.
7.50 euros.
249 pág.

Este filósofo inglés ha escrito un ensayo fabuloso sobre la libertad. En cuanto a los aspectos puramente formales, destacar la mala función del traductor (siempre un impostor) ya que puntúa mal algunos pronombres haciendo del adjetivo solo algo inexacto por las normas de la RAE que ya no obliga a colocar el acento fónico para distinguirlo. Y es que es interesante saber si estos pequeños errores gramaticales los cometía el autor o el transcriptor.
Sus argumentos son, en suma medida, acertados y precisos. En uno de ellos afirma que la Revolución Francesa no se hubiera producido de no ser por un detonante en un momento dado por parte del pueblo maltrecho. En aquel caldo revolucionario puede ser que con cualquier chispazo, y ya no sólo por parte del populacho, se encendiera la mecha.
Lo que viene a sostener la publicación es que cuantos más seres libres haya en una sociedad, más beneficioso será para ella y su expansión o productividad. Por eso, un ateo no debe ser mal visto y un hereje tampoco. En la disparidad está la riqueza.
Sin proclamarlo a los cuatro vientos, el filósofo destierra uno de los mayores lastres de la civilización y ese no es otro que la intolerancia; creerse en posesión de la verdad más absoluta y firme (cuando este logro es del todo inabarcable). Ni los católicos deben creer que su dios es el Dios auténtico ni los musulmanes que Alá está sobre otras deidades. Ahonda más profundo al cuestionar las bases para edificar un Estado desde textos publicados en el Corán o en la Biblia. Además, incide en que el fin de la religión es creerse superior al enemigo. Golpea a La Iglesia con argumentos sólidos: “el cristianismo te enseña a no hacer el mal, en vez de buscar el bien a toda costa". Es cierto, puesto que la religión inculca a la inoperancia más que a la diligencia.
En otros ámbitos, no menos interesantes y analíticos, describe a China como un país estancado. Sobre la libertad es un libro de notable actualidad. Pero, el autor, probablemente, no se imaginaba por entonces a una China que ya es casi la primera potencia mundial y que sigue bajo el autoritarismo político. Este hecho, siguiendo con el ensayo de John Stuart Mill, lo que genera no es un estancamiento, sino una regresión para los derechos fundamentales y el desarrollo individual.
Tan de actual es el libro que en el siglo XIX colocaba como ejemplos de países modernos, y mejor cualificados para desarrollar un Gobiern, a Estados Unidos y Francia; hoy sólo se cambiaría el país galo por el germano.
En otras tesituras, avisa del peligro que se corre ante la mediocridad impuesta por la sociedad. Tan perniciosa que mutila a los genios por el simple hecho de ser distintos. Este raciocinio queda reflejado en los procesos judiciales que se instauran cuando alguien, que ha decidido mantenerse al margen de los modelos, es tomado por loco a la hora de tratar su herencia. Los jueces reconstruyen cómo serían sus acciones de seguir con vida y así dictan a posteriori.
Expone un límite a la libertad y ese no es otro que cuando la libertad de alguien daña a los demás (por buscarle un ejemplo periodístico sería la calumnia e injuria).
Por último, destacar que respalda el contrato social de Rousseau, aunque sea paradójico porque lo que pretende el texto francés es amputar las artes y culturas libres de la sociedad en detrimento de un avance y labor “cómoda” por parte del Estado vinculado a la retroalimentación individual.
En su contra queda el hecho de creer que hay una espiral de silencio, mitigada por el miedo o timidez. Esta hipótesis es refutable por la presencia tanto de los sinceros condescendientes, que pueden expresar su opinión como por parte de los verduleros y chabacanos, tan molestos con su expresión como claros y tajantes; lejos de que estén en lo cierto o no. Y en tiempos de crisis y malestar pocos son los que se callan cuando se les pisa. Aún así, es lógico que haya gente que no vea conveniente expresar su opinión, pero es una pequeña minoría.

miércoles, 19 de mayo de 2010

Haikus dos

De negras sombras,
la dalle más feroz.
Verla y adiós.

Cortina roja,
aplausos por doquier,
arte en la vena.

Ruido lejano,
luces en el anden,
sangre por sangre.

Balas y Panzer.
Maldición de Enola Gay.
Muertes como fin.

Su voz meliflua,
caminar delicado.
Mi lenitivo.

Surcos en la piel,
olvidar el olvido;
¿Sal al café?

martes, 18 de mayo de 2010

Dar con la clave

Mucho me temo que se están realizando las cosas de un modo incorrecto. Por desgracia, desconozco la solución al problema de la crisis, que está próxima de mutar el adjetivo acuciante por el de soberbia. El PSOE (Partido Socialista Obrero Español) se está moviendo en una habitación oscura, dando palos de ciego empós de un interruptor, que como ya refería, no tiene pinta de ver la luz pronto y muchos menos inmediatamente.
Está bien visto reducir un 5% el sueldo mensual de los salarios estatales, por mucho que se quejen los funcionarios al argumentar que es demasiado porcentaje comparado a los cinco años que han dedicado a que se les subiera, como mucho, un 3%. En estos tiempos debe ser así, ya que un puesto fijo es un buen soporte donde apoyarse para intentar que las habichuelas pegadas no se nos quemen del todo.
La vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, declaraba, hace poco más de un mes, que iban a racionalizar las estructuras de la Administración General del Estado y la reordenación del sector público empresarial en miras de reducir el déficit público. Algo es algo, pero el sumidero sigue destapado…
Que se cambie de partido político en las próximas elecciones generales no servirá de panacea (a expensas de lo que pueda llegar a solventar el derechista Viktor Orbán en Hungría. Un país, que soporta una crisis económica que comenzó con el gobierno socialista). Será, cuando menos, avivar el fuego con más yesca si, tal vez, no comienzan a generar empleo. Se desconoce si este logro se solventaría con más despidos, cuando ya la suspensión de la prestación por nacimiento o el retraso de la jubilación dos años más va dejando una sensación despiadada.
Desconocedor de la existencia de leyes gubernamentales que impidieran la coalición PSOE-PP en unas elecciones… no desearía otro hecho, puesto que considero inviable su labor por separado (Asimismo, no resulta descabellado puesto que los de la izquierda se han ido a la derecha y éstos, a su vez, se han desplazado, saliéndose del mapa, con el respaldo al Tribunal Supremo en el procedimiento al juez Garzón). Además, en menor medida, deberían de aportar acciones políticas tanto Verdes como ultra derecha. Sí. Suena a chanza, a broma de domingo lluvioso, pero, puesto que la coalición parece tener el evidenciar al partido gobernante como fin, creo que cuantos más puntos de vista haya más debería aproximarse a la verdad del asunto (en esta ocasión, económico) como medio.
Por desgracia, la política actual se ha centrado en derrotar al adversario sólo por el mero hecho de querer demostrar a la opinión pública quien es el que gana y la gran mayoría de políticos han olvidado lo que se están jugando. “Señor Zapatero usted es un cual”, “Señor Rajoy usted es un tal” y así hasta el infinito. Perdonen, pero eso no es defender al pueblo. Quién sabe si de aquellos polvos nos acontece ahora este barrizal.
Se desconoce cuál será la próxima medida a tomar.
Que miren a Polonia. Un estado a la zaga del hispano y ha sabido manejar la crisis con soltura. Se leía que fue gracias a la mesura de la balanza exportaciones-importaciones y a que, tras la muerte de su presidente, los inversores han seguido creyendo en las empresas polacas de cara a La Bolsa.

domingo, 16 de mayo de 2010

Dolor de muelas o apetencias...

Cómo es posible recordar frases y hechos de amigos que ocurrieron hace ya demasiado tiempo. Están ahí, en el cerebro, como nubes arrastradas por una brisa tan misteriosa como evanescente. No debe ser sano tener semejante volumen de recuerdos aquí arriba. Para colmo cuando me asalta alguno y lo comento al protagonista o afectado directo en la mayoría de ocasiones no sabe de qué le hablo.
-Si Virginia. Cuando te ocurrió tal tal tal... Y ella desliza exteriormente la mandíbula en señal de duda o vacío. Entonces me frustro, porque inquieta el origen de algo en la masa encefálica, mientras que en otros es menos indigesta, por decirlo así. Y si no está tan presente en ellos qué es lo que abarcan en la sesera. Imagino que otros recuerdos. Que los míos no sean correspondidos por un destinatario hace sentirme… diferente. Ojalá hubiera un procedimiento para formatear tu base de datos orgánica. Si la de los demás no tiene memorizados tantos detalles, probablemente esté más preparada para almacenar o trabajar otra serie de acciones con mejores resultados y pingües beneficios.
Además, padezco cefaleas desde que era niño.
Estoy seguro que no tendrá relación posible, pero las últimas tres semanas han sido especialmente duras por el dolor. Comenzó el 19 de abril. Recuerdo (ven) la fecha porque hubo una oferta de pizzas a tres euros; era lunes. Con esas, fui a dar un mordisco cuando la muela empastada me dolió. Una sensación intensa presagiaba que el monstruo se había despertado.
A los pocos días de aquello comenzó a asaltar repentinamente un dolor craneal poco focalizado, sin saber de dónde surgía. Acudí al médico de cabecera y los resultados sanguíneos fueron óptimos. El mal era más acuciante hasta que decidí acudir al hospital. Tras tres horas… picotazo en el trasero, analgésico en vena a tropel. Aquello me estabilizó durante dos o tres días. Luego el quejido regresó. Pero en esta ocasión ya sabía que emanaba desde la mandíbula superior izquierda; la muela empastada. Acudí al dentista y la limó un poco. Dijo que podía ser por el estrés o por la fricción tensionar durante el sueño. Nada de nada. En cambio, este dentista era mejor comparado con la otra que generó o descubrió mi (¿leve?) problema meses ha. La noche previa a la consulta no dormí por el erre que erre. Lejos de mostrar cierto respeto al insomnio (producido por un programa sensacionalista de TVE al emitir la noticia de que había un pueblo español donde los vecinos perdían el sueño sucesivamente hasta morir. Y yo en una ocasión, por motivos que no vienen a cuento, estuve tres días sin acariciar la almohada) me alegré de la cantidad de libros que me quedaban pendientes.
Hace poco estuve en el neurólogo y me hizo todo tipo de preguntas para elaborar el historial. Cuando concluyó su singular inspección (cerrar ojos, abrirlos, sacar lengua, martillazo en la rodilla, palpación de pies…) realizó una pregunta sin la menor relación alguna: ¿Cómo te definirías?
Zanjé la prueba al expresar que esa respuesta poco tenía que ver con el dolor mandibular. Quizás, la doctora pretendía saber si lo que dolía era el alma, pero no. Así que recetó unas pastillas para aplacar la zona llamadas Lyrica. Qué literario. Qué mal se está cuando no se está. Por suerte, parece que remite. ¡Uff!

sábado, 15 de mayo de 2010

Haikus

El Haiku es un poema de tres versos, que pueden rimar o no, cuya estructura silábica es de 5-7-5. Tampoco tienen por qué estar relacionados unos con otros.

Viene la niebla,
oscurece tu muro.
Tormentas de hiel.

Atardecer,
juegos de luces sin par,
ojos saviesos.

De la hojarasca
emanó el especimen.
Huyó asustado.

Grieta en el alma,
brillo bajo el umbral,
manos que se van.

Gran delantera.
Catorce años de penas.
Neptuno y feria.

Suelo escarchado,
con las mantas más ásperas,
cruel pobreza.

Mala puntería

Menudo panorama. Cuentan por mi círculo que una pareja de amigos se han visto en la siguiente situación: Ambos eran padres de dos hijos, cada uno de esos dos chavales u hombres rondaban ya los treinta años. El primero llevaba una década con su pareja y el pequeño, aproximadamente, otra. Cabe destacar que las dos chicas eran sus respectivas primeras novias; como esas relaciones tan idílicas que comienzan en el instituto o en la universidad con toda la pinta de perdurar hasta las postrimerías más prometedoras. Pero la ficha de plomo rebotó sobre el labio metálico de la rana; casi. A dos semanas de la boda ella abandona a uno de sus hijos y la otra… A perro flaco…, también rompe con su hermano. Decía abandono porque es una definición acertada para resumir lo que significa un plante en el altar. Además, era la típica pareja sonriente y feliz, vivían ya en su propio piso, congeniaban (con lo complicado que resulta) con los suegros; en fin. Una buena machada.
Qué mejor instante para echar tierra de por medio y darse a la fuga, que cuando se está a punto de firmar un papel. Ese soporte blanco que no sé sus medidas ni su peso, pero que es más determinante que todo el cariño vivido, las experiencias, los logros, las expectativas y todo… por echar una firma; un garabato realizado con un bolígrafo que lleva un veneno azul o negro llamado tinta.
¿Y cuántas veces se oye eso al romper de “bueno, ahora eres libre”? ¿Es que antes no se era? ¿Eso es lo que sentencia la firma nupcial o un anillo más inicuo que el de Golum? Pues vaya. Resulta que los novios asfixian y las esposas esposan.
En similares derroteros, llevo percibiendo que hay, sobre todo desde el género femenino, unas ansias inabarcables en demandar su libertad a gritos. Esta petición insaciable contradice, en suma medida, lo que confiesan por lo bajini a diestro y siniestro. Algo como que a ningún casado le amarga un dulce, una relación esporádica a espaldas del otro (el que traga con los platos sucios). ¿Eso es libertad? ¿Y si no qué es, irse a dar un paseo solitario? Creo, que se entiende por ello el hecho de tener una autonomía e independencia. Eso no justifica adorar una cornamenta. También hay que saber las delimitaciones de los espacios vitales del otro.
Respecto a los hermanos del comienzo… nada. Que intenten esquivar las excusas familiares para con los tíos y primos; por lo menos, hasta que se les pase la consecuente cara de koalas por los acontecimientos totalmente inesperados.
Hay bastantes casos de parejas primerizas que duran todo un trayecto. Por el contrario, no sabemos lo que repercute en la ficha cuando está a punto de entrar en el anfibio y ¡plash! Va fuera. La ránula es la única que sigue impasible.
Siempre intento edificar puentes a lagunas como lo escrito previamente. Que derroche de fuerza. Al menos, cuando concluye una etapa de estudios se concede un diploma. Podrían idear algo semejante cuando se va a pique una relación. Diplomado en Paula, licenciada en Victor... anda que.

viernes, 14 de mayo de 2010

En la élite europea

El Aleti ha hecho historia conquistando la primera edición de la Liga Europa, al igual que el año pasado también lo logró el Shakthar Donestsk cuando era la última edición de un campeonato conocido como UEFA. Curiosamente, en 1962 el conjunto rojiblanco ganó la primera edición del formato Recopa… caprichos del destino, quizás.
Siendo objetivos el Atlético de Madrid, hizo un mal encuentro. Lo bueno es que el Fhulam era bastante peor. Lo que no explica que goleara a la Juventus en este campeonato y que le birlara la final a un Hamburgo, que parecía tener el partido resuelto en tierras inglesas.
Lo mejor fue el resultado y comprobar que los colchoneros tienen portero para rato. Menos mal que el uruguayo Forlán ha recuperado el olfato a tiempo y es que del trofeo tres cuartas partes son para el rubio, por su gol en Anfield y porque sabe echarse el equipo a la espalda como nadie. El contubernio de la afición que le recriminaban más goles al principio de la campaña, debería, cuanto menos, plantearse si son dignos de festejar la victoria. Será difícil que pase por el Vicente Calderón un 9 (que puede llegar a fabricarse los goles como un 10) de números semejantes a este delantero al que el Manchester United no le dio la confianza ni los minutos suficientes.
Hablaba antes de los caprichos del destino y quién si no para hacer que un merengue llegue a entrenar a la plantilla adversaria sintiéndose como en casa y llevándose el merecido título. Quique Sánchez Flores ha sabido jugar sus armas como todo buen líder en el banquillo que se precie. De su repertorio ha salido la utilización de la línea defensiva para dejar al contrincante en claro fuera de juego. A poco que suministre a los jugadores de un mayor rigor táctico, disputará mejor los encuentros del futuro próximo.
Otro héroe es el Kun. Una pesadilla para la defensa inglesa que no supo quitarle el balón y que el argentino manejó a su antojo a la zaga en el meritorio segundo tanto.
Y no es por ser aguafiestas, pero el equipo del Manzanares está más agotado que el de Nervión y ya se verá si al final consiguen un doblete, aunque lo conquistado el miércoles en Hamburgo ya llenó de alegrías a un buen puñado de seguidores colchoneros.
La puntilla la pondrá un Bayern o Inter a una temporada en el que los dos equipos preferidos de España no lograron sus metas y el Aleti pegó la campanada. Aún es pronto para derribar el muro del derrotismo, sobre todo si no trillan el mercado en la pretemporada buscando un sustituto para El Charrúa. Probablemente la temporada que viene sí que baje, lógicamente, su rendimiento. Por entonces, la grada ya no tendrá nada que objetarle.

jueves, 13 de mayo de 2010

Más palabras


Yolanda Iscar.
El significado de las palabras
Madrid. Ediciones Atlantis. 2010.
Precio desconocido.
254 páginas.

Ante nosotros una novela más. Es tan amplio el volumen de ellas que se publican al año, que empañan al de las publicaciones en verso mucho más reducido. El enigma de las palabras es la segunda obra de Yolanda Iscar. Desconozco cómo fue la primera titulada Única verdad.
El enigma de las palabras es una especie de Código Da Vinci pero en versión juvenil. Albrecht es el adolescente que estudia en Frontiers; un instituto de élite en Basilea. El protagonista es el hijo de uno de los banqueros más importantes de la zona. Pronto surgirán una serie de acontecimientos (desapariciones, asesinatos…) que dotan a la historia con los típicos rasgos de una aventura.
La novela cuenta con una serie de personajes que en suma mayoría son planos, es decir, no muestran una evolución en su personalidad, aunque en Albrecht sí que se hace referencia mínimamente en la narración, pero un mes, que es el tiempo por el que trascurre la historia, tampoco se puede cambiar demasiado. En estos términos, el padre del protagonista sí que muta su comportamiento para con su hijo, pero es tan secundario su papel, que no se percibe como redondo. También es conveniente remarcar que no es verosímil que Nina pase desapercibida por Alexander cuando han sido amantes y éste no sea capaz de reconocerla por mucho que vaya caracterizada y se haga pasar por muda, aunque no deja de ser un buen recurso argumentativo más televisivo que literario.
El tiempo, como ya se menciona en el párrafo anterior, es justo de un mes, del 20 de junio de 1998 al, más o menos, 22 de julio de ese mismo año; con la salvedad de que en la página final se hace una elipsis donde ya Albrecht escribe su historia y la deposita junto a la tumba de Alexander como regalo diez años después de lo sucedido. Las localizaciones transcurren en Basilea y Bergen.
La autora se deja llevar por los típicos estereotipos como el chico solitario del instituto, la chica guapa que sólo le hace caso a él, etc. Continuando con la narración, decir que Yolanda Iscar emplea en alguna que otra ocasión expresiones manidas como “ojos como platos”, “azules como el mar” o “frío como el hielo”. Por otro lado, traslada palabras coloquiales en descripciones. Tal es el caso de “piernas regordetas” o “carrillos”. Utiliza, eficazmente, una narración sencilla y fluida que dota de vitalidad a la acción de El enigma de las palabras y facilita la redacción. Otro rasgo importante es el decoro, que también se refleja correctamente en el walkman del protagonista, la corona como moneda del país y un nombre, que puede que haya sido meditado como es el del director Suchard, llamado igual que el chocolate y ¿qué es lo más característico de Suiza? Un recurso que Alfred Hitchcock empleó en El hombre que sabía demasiado, por citar un ejemplo audiovisual. Sin embargo, sigue con el empleo visto en multitud de ocasiones por el que un personaje se ve inmerso en una persecución trepidante para encontrar un objeto valioso y que unos adversarios también buscan.
Secundariamente las expresiones latinas como in fraganti están sin su correspondiente cursiva, hay errores de puntuación en algunos demostrativos y habría que revisar lo legislado por la RAE puesto que indica el hecho de no puntuar el adverbio sólo para diferenciarlo del adjetivo referente a la soledad. Este hecho puede generar alguna posible confusión.
Salvando pequeñas incongruencias de su argumento, como el hecho de que se pongan a llorar hasta ocho personajes distintos a lo largo de la novela o de que los poemas sean demasiado sencillos para un poeta consagrado, el resultado es positivo en alguien que ha encontrado el procedimiento para rellenar casi una resma completa con una acción bien hilvanada.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Sueño y misterio


El gran masturbador es una de las obras más representativas de Salvador Dalí. En un primer vistazo ya se aprecia esa dimensionalidad espacial tan característica, la cual dota a las formas de una ligereza acuciante como si los cuerpos flotaran sobre las superficies representadas.
La imagen es figurativa puesto que se reconoce la gran mayoría de figuras, objetos y personas que aparecen.
Se podría llegar a afirmar que hay dos planos: el primero es el superior que es un autorretrato y el segundo caracterizado por las tres figuras de menor tamaño que representan otra acción, movimientos y significación.
La tonalidad de los colores es muy suave en grises, azules y amarillos. Lo que ya es un sello de identidad. El otro puede ser la deformación de algunos objetos en otras obras como si se estuvieran derritiendo o la presencia de hormigas para escenificar la muerte.
En el que tenemos delante está cargado de simbolismo. El concepto general puede ser la representación de un sueño y de ser así, El gran masturbador sustenta mucho de lo que Freud ya sostenía en su psicoanálisis dentro de La interpretación de los sueños. Aunque, como resaltaba al comienzo de este mismo párrafo, maneja varios posibles mensajes en su lectura.
Dalí es el protagonista absoluto de la pintura al estar presente doblemente en el rostro durmiente que se apoya en el suelo con la nariz y la figura humanoide dibujada básicamente que abraza a Gala cerca de unas rocas. El sujeto del flanco inferior izquierdo (desde la perspectiva de quien observa) puede escenificar la soledad, que, a grandes rasgos, es el tema principal de la composición, de ahí la masturbación.
El peligro o la muerte pueden ser idealizadas por la cigala o las hormigas. En las dos ocasiones son insectos.
Secundariamente hay un fuerte simbolismo tanto terrenal como sexual. Este detalle se aprecia en que hay un león, una flor y unas ramas de un árbol seco o caduco en lo referente al ámbito de la naturaleza y un simbolismo marcadamente referido al sexo en la lengua del felino y en los pétalos de la flor.
Por otro lado, queda bastante nítido que hay una mujer próxima a una cintura masculina dentro de este singular mundo onírico y onanista.
Personalmente, aprecio que la figura de la mujer principal sobre el hombre emana de un contorno que simula un pene diseccionado dejando la oquedad del testículo y del conducto urinario. Desconozco con qué fin y su interpretación.
Aunque resulte disparatado el cuadro tiene un tiempo escenificado que se puede apreciar en las sombras creadas por las siluetas y contornos. Parece que es medio día. Sobre las doce pues.
Sin embargo hay dos matices que se escapan al análisis. No sabría los motivos por los que el retrato principal de Dalí tiene un anzuelo insertado en la frente. Con toda seguridad sea algo referente a los sueños, tal y como es la diversidad de colores junto a su ojo dormido. Tampoco queda claro lo que soporta sobre su nuca (espaldas de la mujer), algo semejante a una estructura que sustenta una nube negra y pequeña. En cualquier caso es una obra que admite multitud de interpretaciones. ¿Quién podría negar que la figura solitaria no sea el espectador que ha cruzado al otro lado?
El autor consigue con todo ello que su pintura no pase desapercibida.

lunes, 10 de mayo de 2010

Hacer por hacer


Año: 1999.
País: Reino Unido.
Director: John Stephenson.
Intérpretes: Pete Postletwaite, Iam Holm...
Guión: Alan James/Martin Burke.
Título: Rebelión en la granja.

El largometraje es de 1999 producido y filmado en Gran Bretaña. El actor principal es Pete Postletwaite. Actor que ya trabajó en una película de tintes políticos irlandeses con En el nombre del padre (donde interpretaba a Giuseppe, el padre de Daniel Day-Lewis).
Entre su filmografía destacan títulos como Los duelistas, Sospechosos habituales y, últimamente, se ha dejado ver en producciones fantásticas sin relumbrón como Solomon Kane o Furia de Titanes. Buen actor que ha sabido sacar partido a su rostro poco agraciado (hubiera encajado bien en la nueva versión de Freddy).
Por otro lado, es Iam Holm el encargado de prestar su voz al cerdo Viejo mayor. La acertada elección de este profesional para doblar al verraco, que es el que introduce la revolución de los animales en la granja y los respectivos ideales del comunismo o animalismo como se refieren en el largometraje, muestra la importancia vital del habla en toda la función.
Los estados totalitarios han utilizado las películas como soporte para expandir sus ideales nocivos. Lo hizo Franco con Raza y el documental Franco, ese hombre (que escogió a un intérprete joven, moreno, guapo y alto que se hiciera pasar por él. Un poco como Hitler que nadie le echó en cara sus carencias arias... me estoy refiriendo a personajes de la talla de Churchill) y hace unos años Oliver Stone realizó Comandante una especie de entrevista editada para conocer la personalidad de Fidel Castro (supongo que a alguien le interesará). Del lado comunista tenemos claras influencias en Octubre, Rojos o El acorazado Potemkin.
Regresando al metraje. El director es John Stephenson. Un autor bastante desconocido que en 2004 dirigió Cinco chicos y esto, que no he visto. Tan desaparecido que el buscador lo confunde con John Stevenson, qué misterio. En cualquier caso, Stephenson no cumple su labor y salpica a Rebelión en la granja con una acción y unas secuencias más propias de un telefilm de quinta fila (aquí se aprecia el peso de que la distribuidora Hallmark Entertainment tenga mayor presencia en productos televisivos), que de una adaptación decente merecedora de una recreación más acorde con una obra literaria tan trascendental como la de George Orwell; necesitada de más garra audiovisual. Considero que no era procedente realizar una puesta en escena real de la novela, cuando los dibujos ya eran suficientes para transmitir con creces la idea de la parábola. De todos modos, los efectos visuales en los labios de cada animal están mejor conseguidos que en Doctor Dolittle rodada con un presupuesto más holgado.
Destacan algunas escenas colindantes con el género de terror y la ineficacia de los humanos que sólo entienden lo que hablan los animales cuando ya es demasiado tarde. Puede que esa sea la mejor comparación; al igual que la de la zanahoria y el burro condenado a intentar conseguirla desconociendo que la longitud del palo siempre lo impedirá.

sábado, 8 de mayo de 2010

Vida


Hay algo inabarcable e indefinido que todos, en alguna que otra ocasión, nos hemos dejado inyectar en una película o novela. A lo mejor, alguien ha reparado también en que el amor del otro no se puede conocer plenamente. Uno puede ser besado, abrazado, penetrante y penetrada o aconsejado cuando la ocasión lo requiere, pero nunca logrará cerciorarse de cómo es ese sentimiento en otras personas, amigos o ciudadanos. Podrá hacerse una idea aproximada real o no, pero nunca conseguirá extirparlo de quien se deseé para examinarlo a nuestro gusto y deseo cuando plazca o se apodere de nosotros la desazón más inquisitiva. Por lo tanto, estamos sujetos a que impere un amor propio; ya que, por mucho esfuerzo que se haga en intentar palparlo y cuidarlo, el reconfortante sentimiento vive encerrado en una prisión corpórea tan autónoma como independiente a nuestro influjo.
Con esto vengo a decir que hay una idea del amor y un modo de sentirlo únicos en cada persona y hay muchos millones de habitantes en este planeta, que se pude multiplicar si en este concepto se incluye el sentir de algunos dueños hacia sus animales. Y no hablo de zoofilia.
Con lo cual, hay demasiados puntos de vista para aferrarnos al típico proceso: conocer a alguien-comprar un hogar-tener hijos-tener nietos… Probablemente, que ese sea el modelo marcado y la pauta a seguir; pero puede ser menos que eso y también más.
Si Ortega y Gasset no se refería a ello con su multiperspectivismo… entonces no sé a qué se dirige.
Aplicando una criba realista a los párrafos anteriores nos queda lo siguiente: Estamos solos aun cuando la más cálida y placentera felicidad nos rodea, seguimos siendo seres individuales. Lo mismo pasa en el otro extremo, el del sufrimiento. Cómo amputarlo de quien se desea para deshacernos de ello. Imposible.
Soportando dichas premisas construimos una vida figurada suponiendo o creyendo suponer lo que sienten parientes, compañeros y parejas. De no ser por el instinto ni por el aprendizaje estaríamos tan ciegos en esta sociedad como cualquier invidente y aún así…
Pensad que, por un momento, se nos permitiera a toda la humanidad conectarnos sensorialmente. ¿No sería una merecida, justa y labrada despedida para los ancianos? Y en cuanto a los neonatos ¿Qué mejor comienzo tras la retirada de la placenta al sentir una unión superior? Además, se podría realizar la interrelación por Na´vidad. Pero en vez de hombre a naturaleza, persona a persona.
Tal vez, el sentido de la vida sea intentar sentir lo intransferible. Doy fe de que a veces es perceptible en menor o mayor cuantía.
En este plano filosófico Calderón de la Barca escribió La vida es sueño. Y yo pregunto si la vida es cuando soñamos, ¿qué es lo que percibimos al estar despiertos?
Aquí se queda, no vaya a ser que los muebles de la casa se instalen de un brinco en el techo por aburrimiento.

A falta de...

Verano de 2006. Avenida Industria en la M-413 dirección Fuenlabrada a las tres y cuarto de la madrugada. Rogelio soportaba una plaga de llagas tan pertinaz que ya no le quedaba más Oraldine. En esas, decidió enjuagarse la boca con lo primero que tuvo a mano, Vodka. Tras echarlo en el lavabo, acompañado de alguna que otra lágrima, se dispuso para llevar a Carolina a su casa.
-Ponte algo por encima, al menos -dijo ella al ver cómo iba vestido su chico.
-Cosita, son las tantas como para cruzarme con alguien por la carretera.
Dicho y hecho. Se montan en el ZX y arrean hacia Fuenlabrada. Estaban a punto de llegar a su destino, cuando en la penúltima rotonda sale, de no sé dónde, una de esas lámparas amarillas radiactivas. Los picoletos.
Tras dar el alto a Rogelio le informan de que es un control de alcoholemia y de que toca soplar. No le dio ni tiempo a pensar en qué tipo de avispa nocturna trabajaba hasta esas horas para acometer con tan cruel picotazo, cuando el chico comenzó a temblar. Carolina estaba asustada también.
Rogelio sopló con todas su fuerzas esperándose lo peor, pero estaba más preocupado por parecer sobrio cuando el civil viera los resultados del test. Correcto. Los ojos del guardia mostraron asombro. Era imposible que el conductor estuviera despierto con ese elevado porcentaje etílico. Pero el novio ya se había percatado de que, por suerte, le había tocado el poli bueno. Así que no tardó en dar explicaciones para intentar salir del marrón.
-Mire agente, sé que por las pintas que llevo parezco un borracho, pero le aseguro que no he tomado nada y que lo único que he hecho ha sido enjuagarme la boca con alcohol para curarme las llagas –Dijo como el mejor guionista que se pudiera encontrar a esas horas.
El agente, concienzudamente, se mostró neutral al enfocarle las pupilas con la linterna y ver que, tal vez, podía estar en lo cierto.
-De acuerdo. Apague el contacto del vehículo y salga que le vamos a hacer unas pruebas.
Momento álgido. Todo o nada. Rogelio se armó del poco valor que le quedaba y salió a la carretera.
Zapatillas de estar por casa a cuadros, calzoncillos largos blancos con dibujitos, tirantes negros a lo abuelete y unos pelos, que daban más grima que su modélica indumentaria.
Mientras tanto el compañero diligente había acudido a contarle los hechos al poli malo que permanecía impasible dentro de su automóvil, viendo el panorama desde la oscuridad. Observando con cara de perro viejo, que se las sabe todas, como Rogelio estaba a punto de salir en You Tube. Pero nada, no pasó nadie, ni coche ni alma con quien comentar esta escena que yo estaba contemplando.
Entre tanto, ya habían informado al afectado de que tenía que esperar diez minutos para realizarle otra prueba desde un procesador intergaláctico que llevaban dentro del furgón. Algo parecido a la máquina de la verdad.
En ese intervalo Rogelio se paseaba nervioso en calzones a la vista de cualquiera. El poli bueno no las tenía todas consigo y de vez en cuando le lanzaba una de esas miradas al compañero en plan “nos la va a jugar”.
A los diez minutos; milagro. La nueva prueba daba cero coma cero. El mal trasnochado se metió presto en el ZX. Carolina le miraba expectante: -Bueno, ¿qué?
-La virgen; por los pelos –expresó liberado.
Que calor hizo aquello noche.

viernes, 7 de mayo de 2010

Hulk de blanco


Menudo partido se marcó CR9 en el Ono Stadi. De haberse apagado los focos del estadio se hubieran comprobado dos hechos: que la camiseta del portugués brilla con luz propia y que hubiera metido tres tantos del mismo modo, porque esa criatura tiene las referencias de la portería insertadas en el ADN. Tan pronto arranca con su vigorosa zancada desde la derecha, como desde el medio, como desde la izquierda, como desde su propia área. Los defensas cuando ven que se les viene encima esa musculatura pugilística no saben cómo detenerlo. Nunca he visto tanto brío en un deportista, aunque recuerda al atleta jamaicano Usain Bolt en la potencia de su carrera y en las ansias de triunfo. Lo de Cristiano no es fútbol, sino una Gigantomaquia en toda regla.
Además ostenta ese halo de riesgo que cuando tiene el esférico en su poder parece que ya es medio gol. Le pasaba a Di Estéfano, Maradona, Ronaldo o Messi.
Desde una perspectiva empresarial el chaval no tiene precio. No lo hay cuando siempre es el mismo el que resuelve el embrollo. Ha conseguido lo que se antojaba incierto: demostrar que la friolera de valer noventa y seis millones de euros sea pecata minuta. Y es que el luso debe de estar hecho de otra pasta. Otros muchos han fracasado por la presión mediática de sus elevadas fichas. Tal fue el caso de Prosinecki o Denilson.
¿Se imaginan un equipo de once profesionales como éste? Sí, de esos que son verdaderos futbolistas por el arrojo y porque no dan un balón por perdido. Es imposible, por eso fue un privilegio ver dicha exhibición. Los aficionados rivales así lo entendieron y le acabaron aplaudiendo cuando se le sustituyó.
Por otro lado, se leía por ahí que esta Liga tenía dos campeones y es cierto. Ni el Barça merece irse de vacío, ni el Madrid ver cómo sus esfuerzos han sido en balde. Gane quien gane los aficionados lo han pasado genial. Ambos equipos se han disparado y han roto todos los registros tanto de victorias como de puntos. Encima ha vuelto Clemente a los terrenos (anda que si le da un ataque de humildad y cede su columna en Marca a otra persona. Lástima que los becarios ni opten a ella) rajando como sólo él sabe hacer.
Lo malo es que el Real Madrid ha dado la sensación de que si no hubiera vendido a Robben y Sneijder y de que, tampoco, hubiera fichado a Kaká (que sin espacios es vulgarmente mediocre. Me pregunto si nadie avisó de que los blancos no son un ejemplo de distribución espacial en ataque) y a Benzema; se podría haber aspirado a mucho más. Aunque nadie dispone de una lámpara mágica en las pretemporadas.
Queda por comprobar cómo será el nuevo proyecto de convertir a la competición española en un calco a la inglesa con los contratos televisivos y en el número de equipos a participar.
¿A nadie le da que pensar el hecho del boquete que hacen los dos grandes arriba de la tabla y lo igualado que se queda todo de mitad hasta el último? Raro sí que es.

jueves, 6 de mayo de 2010

Chavela y su paso firme

Aún existen personas capaces de andar sobre cenizas, como si nada, mientras se abanican. Algo así debe ser el hecho de cumplir noventa años, que se dice pronto, notar el aliento de la huesuda tan próximo a tu cuello, sosegarla con tu canto y seguir trabajando con las mismas ganas que un chaval de dieciocho.
Estoy hablando de Doña Chavela Vargas. Bajo el título ¡Por mi culpa! Esta hembra (y así me refiero para enfatizar su labor) vuelve a la música con un disco que cuenta con acertadas colaboraciones como Lila Downs, Eugenia León y Joaquín Sabina (extraña la ausencia de su amigo íntimo Andy García, aunque vayan a saber cómo tiene la agenda de apretada el actor y, también, cantante).
Lo que estrena es una grabación de temas de otros artistas, a excepción de una letra inédita y que Vargas ha escrito para la ocasión. Dicha canción se titula ¿A dónde te vas paloma? Y cuyo ritmo musical ha sido creado por Mario Ávila.
La de Costa Rica, especializada en rancheras y boleros con la piel curtida por una severa exposición solar, sigue demostrando su vitalidad sobre los escenarios. Sigue siendo la de siempre; la dama del poncho rojo, la mujer de las gafas oscuras semejante a la vecindad de los pueblos que sacan las sillas plegables, cuando se está marchando la tarde. Pero que no engañe a nadie; estamos ante una autora de las que marcaron una época en su tierra con temas como el de Macorina y su "ponme la mano aquí".
Para muchos, toda una institución que alcanzará la cima cuando se vaya. No comparte escalafón con Guevara en ámbitos revolucionarios, pero artísticamente es lo más destacado de Latinoamérica junto con Silvio Rodríguez, Víctor Jara o, ya en el mundo del cine y televisión, Mario Moreno; Cantinflas.
En Abril se le dedicó un homenaje orquestado por Javier Limón, que reunió a Chucho Valdés y a Concha Buika, entre otros asistentes y colaboradores. Fue un gran evento musical, bien visto y concedido cuando debe ser… estos detalles se ofrecen para que el agradecido lo aprecie; luego ya…
Da gusto que siga habiendo profesionales de tan inmensa categoría. Es de ovación y más cuando despuntan a través de la maleza crecida en los países pobres o de escasos recursos. Qué proeza.

miércoles, 5 de mayo de 2010

El último legado de Ledger


Año: 2009.
Título original: El imaginario mundo del doctor Parnasus.
País: Reino Unido.
Guión: Terry Gilliam, Charles McKeown.
Música: Hermanos Danna.
Reparto: Christopher Plummer, Heath Ledger, Tom Waits, Lily Cole, Andrew Garfield, Verne Troyer, Mark Benton, Johnny Depp, Jude Law, Colin Farrell, Peter Stormare.

No es una gran película, pero sí que da la sensación de ser el largometraje más conseguido y mejor realizado de Terry Gilliam en los últimos años (no he visto Tideland). A la altura de Brazil o Las aventuras del Barón Munchausen. Ambas a apenas unos peldaños sobre El imaginario mundo del doctor Panrnasus.
La historia gira en torno a un doctor (Cristhoper Plummer) que pacta con el diablo, llamado Mr. Nick, la vida eterna, pero los dos amigos siempre andan apostando o bien para que el caído no se lleve a la hija del doctor o, por el contrario, para deshacerse del tramposo Tony, última caracterización del difunto Heath Ledger.
Por suerte, lo poco que conserva a sus espaldas este doctor es un poder mágico que traslada a cada persona a un mundo fantástico dependiendo de cómo sea la personalidad de cada visitante. La transición la logra en un espectáculo rodante que van ofreciendo en la época actual por Londres, pero que les reporta tan escuetos beneficios, que el particular circo ambulante da sólo para malvivir casi en la mendicidad.
Lucifer está encarnado por Tom Waits, que, para que se hagan una ligera idea, es el Joaquín Sabina de América. Un cantante de voz queda y quebrada, que lo mismo le da por cambiar los acordes de los temas en sus directos, dejando al público boquiabierto, como colaborar de forma notable en los largometrajes independientes de Jim Jarmush o de robarle el plano a Denzel Washington, sin inmutarse, en El libro de Eli . Un hombre tan polifacético como buen intérprete.
El montaje queda resuelto por la colaboración de Jhonny Deep, Jude Law y Colin Farrell (el mejor de los tres), que gracias a ellos no sólo ayudaron a que el director viera acabada una obra tan personal; también donaron una parte de la recaudación para que su hija Matilda Rose, de cinco años, pudiera acceder a ella una vez adquirida la mayoría de edad; puesto que el padre no tuvo tiempo de inscribirla en la herencia antes de morir.
Gilliam explica los cambios de actores por la fatídica ausencia de Ledger con el hecho de que tras el espejo los rostros de quien lo traspasa cambian, como bien se demuestra al principio con el alborotador. El error viene cuando entran otros personajes y no les ocurre lo mismo, sólo transmuta la cara de Tony. Otro desacierto es que la historia va perdiendo consistencia según se aproxima el tramo final. No sé si fue por la repentina muerte del actor principal o que la madeja no le daba más lana al autor estadounidense.
Por cierto, en el panorama cinematográfico puede que sea el mejor director para hacer la nueva versión de El Quijote. No creo que haya nadie más preparado para desarrollar en imágenes a un caballero tan especial como el de la triste figura. Esto se palpa en esas caracterizaciones de latón, chapa y chatarra tan frecuente en la filmografía del ex-Monty Python. Alguien que, por fortuna, elige con más gusto el reparto que sus camisas.

martes, 4 de mayo de 2010

Corridas sí... pero sin toros.

De un tiempo a esta parte, poco se ha hablado de Cristina Sánchez. Una de las pocas mujeres que “triunfó” en el mundo de los toros. No soy un entendido de esta práctica, llamada en algunas ocasiones deporte y en otras más sibaritas arte; es más, me decanto por antitaurino antes que seguidor. Pero en estos lares, lo poco que me ha captado la atención es esta diestra y otros aspectos dentro de un anatema como el acontecido.
Cristina Sánchez, fue tan valiente como inteligente. Conocedora de que si se quiere adquirir una igualdad de géneros en la sociedad española había que luchar y medirse en todas las arenas tanto deportivas como institucionales. Puestas así las cosas, decidió “entrometerse” en un mundo de hombres donde siempre declaró sentirse menospreciada; y eso que un astado descarna igual un cuerpo de sesenta y pocos kilos como uno de ochenta y muchos. Y con esas siguió a lo suyo, en su sueño, hasta que un día se retiró de la tauromaquia casi por la puerta de atrás. Rendida, abatida, con los brazos caídos y la frente mirando al suelo. Le quedaba más cuerda viendo que Ortega Cano agarra el capote todavía sonriendo mientras mira al tendido. Muchos seguidores desde entonces, seguro que duermen mejor pensando en que sólo ellos pueden practicar esa insana matanza sin precedentes y contemplarla por igual tanto en la grada de sol como en la de sombra... mientras haya sangre.
Todo esto viene porque parece que está surgiendo una sucesora para la olvidada Sánchez, una tal Conchi Ríos. Veremos cuanto tardan en cortarle los suministros a la nueva torera.
Los otros aspectos a comentar son la ocasión sorprendente en la que me andaba callejeando por el Puerto de Santa María, más perdido que encontrado, y en una de esas bordeé una esquina y ante mí apareció La Real Plaza de Toros. Aprecié la arquitectura tan colosal que se erguía en un ambiente tan marítimo y soleado. Tuve esa sensación de grandes tardes como cuando se pasa cerca de un estadio de fútbol, sea cual sea. Aquel edificio poco tenía que envidiar a Las Ventas madrileña o La Monumental de Barcelona. Otra idea no tardó en asaltarme: demasiado espectáculo para algo tan cruel y criminal.
Por casos como estos, es por lo que se deberían recordar cogidas como las de Islero (el toro que se llevó a Manolete). Están jugando con un modo tan funambulista que ponen en juego tanto la vida del animal como la del lidiador. Para colmo es el símbolo de referencia para otros países, que se piensan que aquí todos nos ponemos delante de un Miura como el que nace con el pan bajo el brazo. Por mucho que se hagan espectáculos humorísticos para desmitificar la tauromaquia, como pasaba con El bombero torero emitido por TVE1, donde salían enanos, que encima no dejaban bien visto su discapacidad física, no se debería seguir fomentando esa arriesgada práctica para los hombres y pavloviana hacia los morlacos de cuatro patas y a los de dos.
Como anécdota saco a la palestra el caso de Moraleja de Enmedio que cuando acaba la corrida se llevan (no sé si seguirán con la práctica) los toros para desollarlos y despedazarlos con la finalidad de ofrecerlo a los vecinos en una comida gratuita y estival. Basta con ver los rostros de los carniceros para saber que no se encuentran cómodos con lo que hacen. Nadie limpia el reguero que va manchando la carretera mientras se produce semejante despiece. No quiero formar parte de ello y las ruedas de mi vehículo creo que tampoco.

lunes, 3 de mayo de 2010

Un mal artista en peligro

Estoy en un teatro de cortinas negras y paredes oscuras. Los detalles pueden estar sacados con total seguridad del último recital en el que participé cuya decoración era casi calcada en la recreación. De pronto, caigo en la cuenta de que actúo en la obra y no me sé mi texto. Lo comento con una compañera. Le digo que ni lo he mirado, pero ella y otros compañeros, nadie es conocido pero todos me reconocen, confían en mis posibilidades y piensan que es la típica inseguridad momentánea de alguien que tiene un texto bien insertado en la memoria, como en los típicos momentos previos antes de un examen.
Insisto en que no lo he mirado y en mis ganas de irme de allí. Me retienen diciendo que ya vería como lo iba a hacer bien. Hay sonrisas mientras los demás miembros de la obra se visten en una sala situada a mi derecha, estando ya sobre el escenario. Llega el momento y me quedo en blanco. No tengo nervios; estoy algo incómodo pero pongo la expresión de “qué esperabais. Ya os lo decía”.
De pronto me marcho a otro lugar. La línea divisoria entre un sueño y otro es muy difusa y casi imposible de discernir. Me encuentro en un polígono industrial que reconozco en el acto. Paso cerca del lugar todos los días con mi vehículo. Veo el revestimiento de las estructuras en ladrillo visto y un concesionario que mi imaginación ha colocado ahí cuando, en realidad, está un par de kilómetros más allá en la acera del sentido contrario.
Creo, porque no miro, que el cielo está encapotado. Considero una posible ambigüedad consistente en que cuanto mejor tiempo hace fuera, peor es en el sueño y a la inversa… en invierno suelo ver con más claridad.
A mi lado está mi hermano, que pretende encontrar algo. Juraría que aparece con una ropa de color rojo, igual que su mono de trabajo. No queremos que nos vean. No recuerdo qué es lo que buscaba, pero si sé que le hablo en un tono persuasivo porque tengo cierta sensación de peligro. Propone una dirección o lugar y vamos corriendo. Veo charcos de agua por el suelo que hay que esforzarse para no pisar.
Luego hay un golpe en la ventana de la habitación y me despierto bruscamente. Siempre que ocurre esto pienso en el torpe pájaro que ha confundido el reflejo con parte del paisaje y en la lógica variedad cromática que refleja un cristal comparado con la realidad, aunque ellos, a veces, no lo perciban como tal. A los pocos segundos y suavemente, caigo en otro sueño, que ya no recuerdo.
La silueta de barro sobre el cristal confirma lo que sospechaba. Los sentidos engañan hasta cuando estamos despiertos.

domingo, 2 de mayo de 2010

El arte violado

Algo perturbador debe de tener el arte cuando a lo largo de la historia los regímenes dictatoriales han mutilado la creación (por un lado nazismo) o la han empleado para sus fines políticos (fascismo por otro).
Comenzando por el nacionalsocialismo alemán, cabe destacar que se deja a un lado el procedimiento figurativo, por el que un espectador puede interpretar visualmente lo que ve, y se empieza a pintar con rasgos abstractos. Esto ya puede decir algo explícito como el hecho de que ante una situación totalitaria el artista sienta represión y pueda querer escapar de la realidad manchando un cuadro impulsivamente (por mucho que, poco más tarde, llegara Jackson Pollock, para negarlo y afirmar que es un arte controlado al milímetro).
Tal es así, que algunos se vieron forzados a emigrar a los Estados Unidos.
En ese caldo de cultivo se genera un movimiento arquitectónico (siempre es mejor ponerse a colocar ladrillos cuando tienes un cañón en la sien que a trazar puntos de fuga en un lienzo). De ese flanco nace La Bauhaus con Walter Gropius a la cabeza (como bien aparece explicado en http://www.slideshare.net/gondomar/cultura-arte-en-los-totalitarismos). Dentro del edificio se trabaja conjuntamente. Impera la funcionalidad de las arquitecturas por encima de la estética; como queda reflejado en las materias principales: hierro y hormigón.
En este contexto, el arquitecto galo Jean-Louis Cohen, recogió en una biografía sobre Le Corbusier, uno de los arquitectos clave en ese art nouveau del XIX bajo la bota nazi, una galería de todas sus obras desde La casa Falllet en 1906 hasta el Teatro Carpenter de artes visuales en 1967. Le Corbusier fue un pionero en toda regla, subestimado por Dalí y enaltezido por las vanguardias rusas que lo vieron como el prototipo del nuevo hombre. El autor lo que hizo es aplicar racionalidad a la obra leyendo a los mejores filósofos como a Nietzsche que le inspira con el lema ¡conviértete en quien eres! Por cierto, el filósofo alemán que influyó en realidad a Adolf Hitler fue Hegel.
Por otra parte, en el fascismo está el futurismo de Marinetti, que llega a implantar y desarrollar un partido político con el manifiesto futurista. Raúl Morodo publicaba en El País, 1986, que ese futurismo estaba precedido de un poso ideológico de Nietzsche y Marx (me pregunto cómo alguien puede tergiversar a unos autores, que se supone que son referencias conforme al concepto de libertad).
En este movimiento italiano que quiera expandirse globalmente, se palpan las características principales como son el movimiento y la tecnología. Las raíces conceptuales más profundas sostenían que un fascista es un hombre de acción (de movimiento aplicado al texto).
Si hacemos un esfuerzo y sustraemos el corrosivo fin de este movimiento artístico (no sólo por pretender ser el pedestal de Benito Mussolini, sino la glorificación de la guerra y el menosprecio de la mujer) podemos disfrutar plenamente de Hombre caminando de Giacometti o Formas únicas de continuidad en el espacio de Umberto Boccioni (está en algunas monedas de veinte céntimos); ambas esculturas. En cuanto a la pintura, cualquier pieza de Estados de ánimo que Boccioni ideó, valdría como buen ejemplo.
Poco más, que el arte sólo sea arte.

sábado, 1 de mayo de 2010

La sutil línea entre la psicología y literatura


Jorge Bucay.
Cuentos para pensar
Madrid. Ediciones Bolsillo. Primera edición 2006.
192 pág. 7,50 euros.

No sabría cómo comentar un libro que recoge una recopilación de cuentos. Con toda seguridad deberían de analizarse por separado, pero ni con esas podría cumplir la tarea.
Cuentos para pensar es una obra de Jorge Bucay, que tiene mucho de literatura para adultos y poco, o nada, dedicado a un público infantil. Cierto es que hay un par de relatos que tienen a los niños como protagonistas, pero ahí se queda su inexistente target.
La narración es amena a través de un lenguaje sencillo, que, como mencionaba en el campo de la literatura, el autor es más escritor en el ejemplar que psicólogo.
Dentro de estos rasgos positivos es muy latente un espacio interior o “sabiduría trabajada” en todos y cada uno de los protagonistas de los cuentos o en la parábola, comparación o metáfora, con las que el escritor suele cerrar cada microrrelato. El tamaño y el interlineado de la tipografía se modifica según la longitud de los textos. Esta diversidad de caracteres empaña la legibilidad al desconcertar al lector, que ve cómo la visualización de una posible continuidad visual se desvanece al pasar las páginas.
A parte de ese pequeño, casi insignificante, error, al libro se le puede achacar poco más. Por destacar, expongo tres de los cuentos que más me han gustado: El del hombre que viaja a un país lejano y extraordinario y al llegar observa que en una pequeña colina hay multitud de tumbas donde pone la edad de los fallecidos; once años, ocho meses y tres días, cinco años, un mes y nueve días (también pone las horas y los minutos) así sucesivamente. Entonces otro hombre le ve afligido y le explica que las tumbas no son de niños, sino de la suma real de todos los momentos en los que ese humano ha sido feliz a lo largo de su vida. El segundo es de los más cortos y habla del amor. La estructura es básica consistente en la repetición de un pronombre y un verbo. Te observo, te miro, te hablo, te conozco, así hasta que el vínculo entre los dos personajes (sin identificar) se hace tan estrecho y obsesivo que la afirmación concluye en pregunta ¿te quiero?
El último es de unos niños que se salvan de un incendio sin saber cómo el hermano mayor ha tenido la valentía y el coraje de romper una ventana, coger al hermano, ir por la barandilla y salir ilesos. El jefe de los bomberos (aquí se ve esa sabiduría que impregna todo el libro y que en esta ocasión, y en otras precedentes, es encarnada por un hombre mayor y curtido) afirma que lo han logrado porque no había adultos que les persuadieran ni avisaran del peligro que corrían.
Pero habría más: el del hombre que se mutila por conquistar a una mujer y al hacerlo de ipso facto pierde todo el encanto para ella, porque le quería con la oreja, el brazo y la pierna o el de los pozos que aprenden a crecer hacia el fondo en vez de a lo ancho y así encuentran agua y de ese modo hayan el lenguaje secreto e íntimo de los que aprenden a expandirse hacía su interior.
Un libro entretenido, ligero y de lectura intempestiva, que podría tener suficiente trascendencia, como tienen las conclusiones de cada texto en Cuentos para pensar, para que ese menguante núcleo escéptico de la sociedad deje de ver a los profesionales de la mente como meros loqueros, en vez de considerarlos como simples guías o consejeros de una mente humana tan entrincada como la contemporánea.