jueves, 6 de septiembre de 2012

David, a secas

No es uno de tantos, y como tal tampoco aparece en la Wikipedia ni en Internet. Este hecho significa que hay que tratar cara a cara con estas personas para generar un intercambio cultural o una simple relación de compra y venta.
A veces, uno no sabe muy bien dónde está el truco para que se lancen a hablar en tu idioma, pero en las ocasiones que, de cuando en cuando, se dan se puede aprender siempre algo de esa persona. Por joven que parezca y también por anciano el que no te abre una puerta el otro te la cierra.
No estoy diciendo que con cuatro veces que se hable con ellos uno ya sea un samurai experimentado, porque, entre otros factores, ellos tampoco lo son. Simplemente quiero destacar el plano humano.
David, eligió abrir un comercio de alimentación en municipio y aunque parezca insignificante lo primero que hizo fue “adoptar”, por así decirlo, un nombre para el que referirse en español. Un detalle que otras culturas que nos visitan no hacen ni creo que se les pase por la cabeza. Cada cual es cada uno decían. Además de alejarse, lógicamente de su familia. Este hecho a algunos les agria el carácter mientras que a otros permanecen superficialmente indolentes, como es el caso.
Para más inri decidió levantar el negocio sobre la sombra de un DÍA que acabó por tener las horas contadas.
Y no es que las ventas le vayan bien, pero el sigue acudiendo cada mañana a su cita con la rutina, siempre atento, siempre con una sonrisa en la boca. Recuerda, tal vez, a las aldeas africanas cuando viven de la producción de su lago y cuando se enteran de que se les está secando continúan sonriendo, porque es lo único que poseen y no saben desarrollar otras vías posibles. Siempre hacia delante ¿acaso hay más direcciones?
También ha cambiado el horario tras hacer su particular análisis de mercado. Ya no convenía abrir a las nueve con hacerlo a las diez en una localidad que cuenta ya con un AhorraMás basta y da de sobra.
Para el ahorro energético no le ha quedado otra que apagar medio local y dejar con las luces puestas el otro medio. Pero si necesitas algo de allí con pedirle que presione el interrumptor vale… eso sí, con una sonrisa puesta.
Fuentes más duchas en el negocio afirman que lo que necesita David es pasarse a los bazares. Comprando un espacio dicen que es fácil el ser financiado por un amigo chino, que son como tus banqueros personales y a los que se debe de pagar a año vencido porque de no ser así correrá toda la mala suerte de su lado y los chinos son muy supersticiosos en el fondo, los de verdad, los que vienen a producir y no a derrochar. Así que ellos te llenan el local y tú te encargas de pagarlo en un plazo de seis meses por ejemplo pero antes de que venza el año chino.
Gente como David, sin pedirlo, te explica que no tiene tabletas de chocolate porque se le derriten por el calor y no hay modo de venderlas. Por eso en verano es difícil satisfacer el antojo por esta causa. Eso sí comprometiéndose a que ya más adelante traerá más. Curiosamente de almendras si quedaban.
Podría seguir hablando de él, pero como le toca salir a la parte negativa, prefiero dejarles con la duda de cómo sería el retrato completo. Porque todo superviviente merece ser descrito. Sin más.





1 comentario:

Werra dijo...

Con permiso...
La otra cara que no deseaste contar, quizá sea, que nos están dejando sin tiendas de barrio, entendamos de origen español, con la mejor sonrisa que hallamos conocido.
PD: D. Dani, en mi barrio también hay un David a secas, le llamamos "Lee" por lo del karateca, o "Suke" lease por Sinosuke Noara, famosa y humillante serie de dibujos animados televisivos.
En este caso tiene un bar, y casi siempre está lleno de gente. ¿Qué por qué pasa esto?
Allá cada uno con su respuesta.

Abrazos a mi Conde favorito.