sábado, 22 de junio de 2013

Las últimas sirenas

Ante todo he de decir que el título de esta entrada no es del imaginario del propio autor. Sencillamente se lo cogido prestado a Cayetana Guillén Cuervo, la actriz y presentadora de esa familia de actores españoles.
Quien escribe estaba en la sala de espera de la consulta del médico de cabecera en Moraleja de Enmedio... sí, hasta allí llegó desde Sanchinarro, el lugar donde el padre de la actriz pasó sus últimos momentos o eso decía el texto que leía pegado a una puerta y que tenía, como ya sostenía anteriormente, el título que se indica al principio.
Bueno, lo que viene a decir es una diferencia clara, desde mi punto de vista, en la sanidad española. Como todo, hay médicos y enfermeras que han nacido para ello y que da gusto cómo nos tratan y otros que no sabemos muy bien a qué aspiran. Son esa especie de House que se retroalimentan y que olvidan que algún día ellos también necesitarán un galeno o doctor.
Es relativamente sencillo atender a un paciente que se va a recuperar tras el medicamento de turno, pero lo inalcanzable para muchos, lo demostrable en las condiciones humanas, es tratar a un paciente terminal. Allí, en ese terreno complicado de pisar, no se discierne de privacidad o no. O se está hecho de esa pasta especial o se podrían ir los cuidados paliativos a tomar algo a una cafetería porque algunos tienen la misma predisposición. Así, sin más vueltas de tuerca.  Los futbolistas o cualquier profesional siguen cobrando mientras tienen un mal día de trabajo; aquí no se debería. Piensen que es el ocaso de las personas lo que está en juego y para eso, para saber estar en esas situaciones, hay que nacer para ello. Vamos, un empleo vocacional.
En cierta ocasión, vi a una de estas sirenas desplazarse sobre sus piernas estando enfermo. Me extrajo una prueba sanguínea, aunque le hubiera dado mi cuenta bancaria si la hubiera pedido. Si han estado en esas circunstancias lo entenderán. 
Son, como de otro mundo, siempre con sonrisas, siempre esperanzadoras, siempre con un siempre y jamás con nuncas.
Las hay bellas, con arrugas y ojeras, lozanas y también existen fuertes, complacientes y risueños; trabajadores forjados bajo la ley del respeto, la educación y la bonhomía más honesta (impagable al fin y al cabo).
No es fácil preguntar, mirar, ni, a lo sumo, atender y responder las peticiones de un enfermo terminal. Piensen, por un instante, en lo que desgasta "desesperar" en cualquier sala de hospital o habitación para comprender la labor de ellas en sus horarios de ocho horas o con turnos partidos. Puede que este sea uno de los motivos de la acritud y la mala vía por la que descarrilan algunas y algunos; pero a los que te guían al final del camino... mi más sincera enhorabuena por saber estar en una profesión para la que no todo el mundo vale.
Desde aquí, no obstante, pido con fervor que algunos médicos de paliativos abandonen su falsa moralidad y vean que, una vez acabada la obra lo importante es cómo bajar el telón. Cuando asoma la muerte hay que ser lo más práctico posible y evitar el dolor. Sea al precio que sea. Es cuestión, tan solo, de saber estrechar una frágil mano, no de apretarla. Tan solo.

2 comentarios:

Werra dijo...

Eyyy, D. Dani.
Qué se puede decir que no hayas dicho. Que otro "Chapeau"
Y como bien dices, yo también creo que para eso hay que nacer, que sea la vocación la que te alimente el ánimo, la que te ponga en pie cada mañana, para hacer a los pobres enfermos un poco más dulce su estancia en un sitio en el que nadie quiere volver, y menos si lo has catado antes.
Fuerte el abrazo, Sr. Conde. Aunque en la distancia, no hay día que no tema esa llamada ó mensaje tuyo.

Daniel Atienza López dijo...

Hola Florín!! Cómo va todo?
A ver si soplan mejores vientos para escribir mejores cosas. Es complicado escribir tristezas cuando se está feliz y a la inversa. Movidas que uno piensa cuando se pone delante de la página en blanco. Nusé.
Ya te escribiré lo que sea cuando se produzca... en fin.
Por otro lado me toca a mí poner libro. Voy a buscar alguno y te lo transcribo por aquí para dar más juego. En cuanto lo tenga lo meto vale? Un abrazo camarada! Nos vemos pronto. El viernes que viene creo que es cuando nos vamos a tomar algo por ahí. Lo vamos viendo. Chaoooo.