Mientras recuerdo lo vivido, una imagen de blancura
se me viene a la memoria. Al principio La buena letra creaba y se expandía
desde el subsuelo, como los árboles; en un sótano al que se accedía por unas
escaleras de barandilla blanca que, poco más tarde, daban a un estrecho pasillo
del mismo color. Abrí la puerta, con más miedo que vergüenza, y allí estaban
todos los que todavía me asaltan a veces desde el pasado, porque los otros
llegaron más tarde y tomaron el relevo. Siendo el complemento y toda la suma.
Yo rondaba la veintena; ellos sonreían y escuchaban por encima de la edad que
nos separaba. Con distintos métodos eran capaces de generarme una envidia sana
desde el punto de vista humano y literario. Ya saben eso de querer correr
cuando primero se ha de andar.
Y aprendí todo lo que pude, en las idas y venidas,
en algunos de mis holas y en todos mis adioses. Porque esta asociación, que
todavía late tras las densas, oscuras y teatrales cortinas de estos escenarios,
es una superviviente nata. Capaz de sobreponerse a las peores adversidades. La
cultura es la sangre que los habita, la piel de estos merodeadores de letras
que esculpen sus sentimientos por doquier. Han sabido cultivar una buena vía de
escape, la literaria; como un modo de vida imperecedero y enriquecedor.
Podría dar nombres de todos los miembros que han
formado parte de este camino, pero rememoro esa experiencia en la línea de la
vida. Les contemplo desde la lejanía, en la distancia. Y ahora, una vez
más, se agolpan las ideas con las que los vinculo: ‘vocalizar bien’, ‘leer
despacio’, ‘leer mucho’, ‘para escribir hay que tirar lo que no sirve’, ‘pégate
al micrófono’, ‘tranquilo’, ‘risasֹ’, ‘abrazos’, ‘aplausos’ y ‘cariño’. Valores
aprendidos junto a ellos, que me han hecho crecer e ir hacia delante.
Por último, desearles que el techo de los 20 años
sea el suelo de su mañana. Porque lo merecen, porque en Fuenlabrada se han
labrado un surco creativo, porque quién va a ser, sino ellos, los elegidos para
seguir creando el presente de la asociación. Con toda mi admiración y respeto:
aquí siguen.
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