martes, 29 de marzo de 2011

Navacerrada y alrrededores

El distrito de Navacerrada es un páramo tan gélido como acogedor. El pueblo en sí está formado por una serie de casas bastante amplias, en las que, contradictoriamente, la pizarra no se ve mucho por los tejados y en las que el alquitrán de las carreteras, en algunos tramos, está bastante deteriorado por las bajas temperaturas y el paso del tiempo. Su plaza principal poco tiene que envidiar a la de Rascafría. Las parcelas son bastante grandes, y las viviendas van al unísono. El pueblo en sí, tiene su encanto: la plaza de toros, el casco antiguo con su Casa de la Cultura, calles empedradas, bares y zonas de ocio donde, aunque la edad de los asistentes sea más elevada de lo habitual en un pub concéntrico no le quita el buen ambiente.

El Torreón

El hotel El Torreón, situado en la calle La Tejera, nº 16 es un lugar de descanso idóneo. Hernán C., su dueño, recomienda que la mejor ruta de senderismo en la zona es La Cuerda de las Cabrillas (por la Senda Ortiz): “Es la que mejor vistas tiene y está cerca de donde se alojaba la selección española de baloncesto”, informa. Tal vez, no le falte razón, ya que las vistas merecen la pena. La senda comienza detrás del hotel La Barranca. Tras un edificio abandonado la calzada continúa siendo estrecho y las vacas pastan casi sobre él. Una vez dentro de la senda, los caminantes van ascendiendo el monte bajo la tirolina De pino a pino. Por entonces ya se habrá visto las dos figuras (un hombre y una mujer) realizadas en hierro del Parque de Las Vueltas En la subida, un arroyo quedará a la derecha, que se irá conteniendo en una serie de embalses que formarán un espejo del paisaje. Un emplazamiento, por lo descrito, que merece la pena visitar.

Rascafría

En esta localidad hay tres reclamos turísticos a cuál más significativo. El primero es el Monasterio de El Paular, con un paseo asfaltado colindante. Una construcción edificada a finales de siglo XIV por orden de Enrique II de Trastamara como resarcimiento moral por haber quemado un convento de esa orden. Otro son las piscinas naturales Las Presillas en la misma M-604, frente a la abadía y más adelante, apenas un kilómetro si se sigue por la avenida, se encuentra el Obrador de Chocolate Natural un curioso reclamo turístico como puede ser el dulce. Ahí se vende ese producto elaborado artesanalmente, con sabores como el del café, piña, frambuesa, plátano y demás sin las perjudiciales grasas transgénicas o aceite de palma en su confección.

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