jueves, 20 de diciembre de 2012

El desconocido

Y entramos a la tienda una vez más motivados por el gusanillo del hambre sin saciar o qué se yo. Aquel lugar era tremendamente atractivo. Para empezar disponía de numerosas cajas repletas de colores vistosos para atraer a los más pequeños y a los que ya no lo somos tantos. Se podría llegar a afirmar que estábamos ante comida, pero no me atrevería a decir que era vianda, sino más bien patatas, gusanitos y demás congratulaciones entre grasas tansgénicas.
A decir verdad, era un lugar único y exclusivo para el consumo de alimentos hipercalóricos tal y como podía ser una pizzería o un Burguer King, pero este sitio tenía una cualidad tremenda. Por todo el local se apreciaba un olor delicioso, que como el espacio era reducido se distribuía mejor el aroma a pan recien horneado. Bueno, para ser sincero no sé si denominar pan a esas barras precocidas que descarga un camión empaquetadas por el cartón que las conserva.  Digamos que de no serlo también está bueno. Y no sabría decir el motivo de por qué al oler este producto en el horno me invade una sensación de bienestar como la del café recién hecho y eso que yo no lo bebo.
Además, me percaté de que las cajas estaban fuera de su posición normal en la  estanteria. Estaban como sacadas hacia fuera respetando una especie de orden minucioso y enfocado a la venta. Este hecho resultaba enigmático ya que sugería que todo: color, aroma y productos te envolvían por doquier. También predominaba en el ambiente cierto toque a dulce proveniente de la bollería que había en lo que se conoce en el negocio como corner o pequeña estanteria.
Mientras tanto nosotros allí, esperando que saliera alguien a antendernos. No esperamos mucho cuando un hombre de nacionalidad española (digo esto porque es raro encontrar supervivientes en estas tiendas) se levanta de un pequeño taburete como sin ganas de trabajar aquella tarde-noche de junio. Él iba sin afeitar con una barba negra de pirata que sufre una profunda pérdida de higiene, moreno de ojos y de piel. Mientras nos habla observo que arrastra de una forma desigual su brazo derecho. Tiene una deformidad, pero esta no le impide manejarla a su antojo y coger lo que se le pida sin problemas, "se ha adaptado correctamente" pienso. Pero la verdad es que lo más extraño estaba por llegar. De nuevo nos regala una barra de pan y un refresco. Da la sensación de que el dependiente está tirando la casa por la ventana y poco o casi nada le importa ya el negocio. Meses más tarde mis predicciones se cumplieron y en el sitio donde estaba esa tienda ya habían levantado otra completamente distinta y sin ninguna relación con la alimentación. Así que el hombre lo que estaba haciendo era regalar lo poco que le quedaba sin importarle apenas. Como ven las similitudes con la política actual son inexistentes en cuanto a caridad. El dependiente que parecia incluso siniestro resultó ser todo lo contrario. De ahí el que hable de política donde nada es lo que parece. A veces en los lugares más insospechados uno encuentra algo de lo que merezca la pena escribir. Desde entonces siempre que paseo por esa calle no puedo evitar recordar a aquel hombre, el aroma, su mano, la distribución minuciosa de lo que vendía y pienso que puede haber encontrado otro trabajo y que soporte la competitividad de lo que significa estar unos frente a otros, en vez de en una única dirección.

2 comentarios:

Werra dijo...

Estoy contigo D. Dani, a veces un simple detalle hace que algo o alguien lo recordemos durante mucho tiempo, a veces, casi toda una vida.
Muy bello.
PD: Podía ser el principio de una novela, tipo de esas entrañables, en la que vas diseccionando el que le pasó al dependiente de barba pirata.
¿Quién sabe, no?

Daniel Atienza López dijo...

La verdad es que los detalles más simples a veces se graban a fuego. Es algo comprensible. En cuanto a lo de la novela a ver si me publican la que quiero. Pero gracias por la idea, ni se me había escurrido por la mente. Muchas veces me lio a escribir y cuando acabo me siento tan satisfecho que no me da por agrandarlo. Nos vemos por la bule camarada de letras!!