miércoles, 19 de diciembre de 2012

Iris

Paracerá mentira pero creo que he encontrado la única parte del cuerpo humano que no envejece, que resiste al paso del tiempo. Esa no es otra que los ojos, para ser más concreto el iris, uno de los cuarenta esfínteres de los que disponemos. La patente no será mía... al menos tengo el gusto de volver a sacar esta idea o reflexión a la luz.
Así: verde, negro, gris, marrón y demás tonalidades son de una materia especial ya que por mucho que pasen los años, las imágenes dolorosas y las más entrañables, incluso la más rutinarias no deterioran algo tan inquisitivo como puede ser un ojo que se posa sobre cualquier movimiento y quiere apreciarlo todo mientras desgasta a la memoria con el volumen de datos que es capaz de captar y posteriormente almacenar.
De este modo el Iris no envejece. Es un músculo que podrá perder contracción pero no le salen arrugas al no ser de piel y su fibra mágica podrá hasta oscurecer o aclararse con el paso de los años.
El esfinter ocular ni se empaña ni languidece con el devenir de los días. En contadas ocasiones le pueden aparecer algunas manchas oscuras e inofensivas. Se podría decir que es el máximo desgaste que puede padecer, aunque en la mayoría de los casos son de nacimiento.
Un Iris puede modificar el color humedecido de más por el agua salina de las lágrimas, pero mientras que el lagrimal las vierte por el extremo exterior resbalando por la piel, esta podrá humedecerse, frente a la humedad propia que mantiene siempre el órgano de la visión. Aquí se ve el milagro de la creación: una materia sometida al humedecimiento y al vaho debería desgastarse más rápido que la piel, por ejemplo, que es el mayor órgano del que disponemos. Y sin embargo es la que antes desvela el desgaste mudándose, secándose, arrugándose, degenerándose...
Es el músculo que al principio de nuestros días suele ser gris o azulado y que según vamos creciendo cambia de color. En algunos casos puede darse el caso de una leve mutación que degenere en disponer de un ojo de cada color, pero no es algo muy normal, lo que convierte al color en algo misterioso y un tanto desconocido. Por otra parte, la córnea refleja los problemas de sueño y el estrés al mostrar la cantidad de venas alrrededor del músculo al que me refiero. Extrañamente estas venas parece que se detienen al llegar al iris, y el iris también debería de tener pequeños vasos sanguíneos puesto que es un músculo más. Es como si los problemas humanos no llegaran hasta el centro y se quedaran solo en su superficie. Es casi una metáfora de la vida...

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