jueves, 2 de junio de 2011

GPS

El Tomtom One Classic parece ser que está dando varios quebraderos de mollera. En mi favor he de decir que lo único que hice fue conectar el cable al susodicho GPS y al respectivo puerto USB del ordenador de mesa (aunque creo que de haber sido un portátil, habría pasado lo mismo) cuando me salió un mensaje para que no desconectara nada y así hice; hasta que fui a comprobar qué había obtenido y mi sorpresa fue que una gran cruz blanca sobre fondo rojo aparecía cerca del dibujo del disco duro… mala señal.
Tras llevarlo a arreglar me dijeron que toda la información se había perdido y que lo habían tenido que formatear e instalar unos mapas «pequeños», que no sé por qué son así al pesar menos kilobytes, y la correspondiente actualización. No fue mucho la reparación. Veinticinco euros por un monstruito casi recuperado que me hace el apaño.
He vuelto a su voz potente y femenina, sus nuevos tonos de aviso de radares (me parecen campanas o algo tétrico), su actual cambio de menús, porque ahora es una mezcla entre One Classic, Start 2 y otros muchos, la señalización de la vía por la que se va y por la que se tiene que desviar uno, una demo que bloquea el mapa momentáneamente y en la que aparece una recreación del próximo desvío durante un kilómetro y tres franjas amarillas, que al principio pensaba que era por hacer juego con la bandera de España, pero significa que se ha quedado algo gripado.
Honestamente, lo que creo que le ha podido suceder es que se ha actualizado primero en un ordenador y luego desde otro.
Nunca pensé que una marca fuera tan frágil. Eso sí, mi Frankenstein va como un reloj.
El dato más revelador es que se ha dejado de fabricar el modelo y cuando eso sucede es porque algo no andaba muy bien.

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