viernes, 9 de noviembre de 2012

Siempre a tu lado... ya ves

Tanto tiempo contigo y todavía no me he acostumbrado a ti. Llevamos, nada menos, que casi treinta años conviviendo y la verdad es que nos conocemos bastante bien o eso quiero pensar siempre. Pero compañera del alma compañera no pasa nada si te fugas un rato a Orihuela y me dejas un poco tranquilo. Te seré sincero. Durante una época en la que no me acostumbré a tu presencia se me hacia raro contar contigo a cada momento. Cuando te reúno, y no mezclo, con los extrovertidos o amistades que si alguna vez te conocieron te derrotaron, sales tan pronto a relucir que no sé qué pensar. Quiero creer que eres más buena que mala, pero hay situaciones en las que me dejas desarmado como un soldado sin fusil en medio de la trinchera enemiga. No hace falta que nos perdonemos en beligerancias… ¿ahora, a estas alturas de nuestro precioso largometraje? Pues sí. La verdad es que ya no me arrepiento de haberte conocido… algo así le decía Mick Jagger al diablo, pero ese vuela ya muy alto. Aquí, a nivel del mar, con los pies bien firmes, he de decirte que a día de hoy tengo que seguir aprendiendo de ti, porque somos uno para bien y porque sí. Si miro lo bueno creo que aportas cierto aire distinguido… algo normal si de cuando en cuando te gusta generar que agache la mirada o la cabeza. Así solo puedo llamar la atención y no finjas no haberte dado cuenta. ¿Y la soflama? Cómo haces para que en cuestión de décimas mi corazón se acelere y bombeé gran cantidad de sangre al rostro. A veces es por el simple nombramiento de mi nombre, me giro y… ya te has mostrado antes casi que el dueño. Siempre me dejas huella. Y a mi edad, antes incluso, ya no tengo por qué ocultar tu presencia… sana prolongación de mí. Ahora, como decía, puedes perderte de cuando en cuando por ahí. Distráete con más personas. Instaurándolas, si gustas y puedes, un rictus personalizado repleto de paciencia y buen estar. Anda, a ver si encuentras otro igual. Pero amiga, y ya concluyo, no olvides que en el reino de los precavidos, de los herméticos, cautos introvertidos, es fundamental en estos tiempos que corren tu aire de rareza. Sin pasarse eso sí. Idolatra los puntos medios pues debe de haber de todo, más con acierto que sin él. Total, cambiar ya… no sería ético ni valioso. Y no olvides, pequeña, que este desvarío está escrito con la mesura necesaria para describirte.

4 comentarios:

madrigal dijo...

¡ENVIDIA! y admiración. ¿De dónde sacas estas ídeas? Un beso

Daniel Atienza López dijo...

Hola Chus!!! Pues nada... cuestión de horas dándole vueltas al tarro, sin saber muy bien por dónde tirar en el blog se me ocurren estas pequeñas vanidades... que para alguien que rondará los treinta pronto, se antojan algo insuficientes... ayns, jeje. En el fondo escribo para no perder a los seguidores que tengo. Puesto que son siete o eso ponen los datos. Qué más da, el caso es que parece que estoy en una época de mucho escribir y poco leer. ¿Algún libro recomendando?

madrigal dijo...

Total, cambiar ya… no sería ético ni valioso.
NI te lo pienses, es una lucha continua que se acaba ganando. Y sé bien de lo que hablo. Prueba a ponerte pequeños retos diarios, tales como "voy a pedir la vez en voz bien alta en la panaderia", "voy a decir Buenos días bien alto al llegar a este sitio", etc, etc. Desde mis 57 años puedo decirte que estas pequeñas cosas te hacen cambiar muuuuuucho. Un besazo.

Werra dijo...

Este eres tu, ineludiblemente. Nadie más podría escribir algo tan cierto y tan bien.
El "joven treintañero" que intenta superarse cada semana, que en los tres años que llevamos conociéndonos va pegando capotazos a esa sonrojez mencionada. Sera que ya no es tan joven...(jajaja) que la madurez va calando en la estructura osea de este escritor que nos cultiva la vista cada semana. No sé, pero habrá que seguir leyéndole para descubrirlo.
¡¡¡Suerte maestro!!!