Tras unas gafas dañadas por el uso de la intelectualidad en el empleo, por el que ahora y siempre creo que nació, se esconde una muchacha cálida y apasionada.Los allegados hacen fila para estrecharle la mano o darle dos besos con el objetivo de saber de ella y preguntarle qué tal. De trato afable y sosegado, gracias a una educación excelente cuidada al mínimo detalle y un saber estar que no lo posee Don Cualquiera, es capaz de completar pequeños momentos y un buen número de corazones.
Flequillo al ojo, sonrisa inaudita en su bello rostro que lo ilumina todo con una simple inflexión muscular. Donosa hasta la última molécula que configura su organismo. Gran compañera de ilusiones, viajes y virajes. Sabia consejera y extraordinaria confidente.
Cada momento que paso junto a ella no resulta banal ni nimio; todo lo contrario, es alguien que transgrede y no deja indiferente abriendo conversaciones y estrechando lazos de un modo inaudito. La hija que todo padre querría tener. El soplo de vida que todos deberíamos cosechar al desperezarnos. Las ganas por el día a día y el atardecer por atardecer. Una auténtica trepadora de zarzas y una franca degustadora de la mora. Su franqueza hace astillas cualquier tocón, pero se está tan bien al calor de tal chasca, que uno se pierde entre sus demás cualidades posteriores; no menos significativas.
Es francamente complicado escribir algo sobre Cristina y no caer en la subjetividad propia de la ñoñería o frase fácil, pero estar con ella es eso; volcarse al máximo y guardarse algo para después. Disfrutar de nuestras bromas top secrets y sálvese quien pueda hasta que el silencio se transforma en dama. Por si fuera poco tiene algo de sombra también y como si de Frestón se tratase sabe repeler la negrura, que a veces me envuelve, con sus manos de porcelana y a las que tanto extraño cuando ya no me acarician.
Lo mejor de todo es que apenas la conozco, por lo que el texto ha de tomarse como un simple borrador, mientras los hechos que nos queden por cumplir se coloquen en los espacios de este folio. Es un verdadero placer disfrutar de tu compañía. Te quiero.
Flequillo al ojo, sonrisa inaudita en su bello rostro que lo ilumina todo con una simple inflexión muscular. Donosa hasta la última molécula que configura su organismo. Gran compañera de ilusiones, viajes y virajes. Sabia consejera y extraordinaria confidente.
Cada momento que paso junto a ella no resulta banal ni nimio; todo lo contrario, es alguien que transgrede y no deja indiferente abriendo conversaciones y estrechando lazos de un modo inaudito. La hija que todo padre querría tener. El soplo de vida que todos deberíamos cosechar al desperezarnos. Las ganas por el día a día y el atardecer por atardecer. Una auténtica trepadora de zarzas y una franca degustadora de la mora. Su franqueza hace astillas cualquier tocón, pero se está tan bien al calor de tal chasca, que uno se pierde entre sus demás cualidades posteriores; no menos significativas.
Es francamente complicado escribir algo sobre Cristina y no caer en la subjetividad propia de la ñoñería o frase fácil, pero estar con ella es eso; volcarse al máximo y guardarse algo para después. Disfrutar de nuestras bromas top secrets y sálvese quien pueda hasta que el silencio se transforma en dama. Por si fuera poco tiene algo de sombra también y como si de Frestón se tratase sabe repeler la negrura, que a veces me envuelve, con sus manos de porcelana y a las que tanto extraño cuando ya no me acarician.
Lo mejor de todo es que apenas la conozco, por lo que el texto ha de tomarse como un simple borrador, mientras los hechos que nos queden por cumplir se coloquen en los espacios de este folio. Es un verdadero placer disfrutar de tu compañía. Te quiero.
1 comentario:
Me haces la persona más feliz del mundo!!
El verdadero placer es mío por compartir tu tiempo conmigo.
Te quiero mi vida!!!
Publicar un comentario