jueves, 28 de enero de 2010

Gran Hermano 11

Vestida con una chaqueta elegante de color blanco y una falda negra (ya es hora de que la vistieran bien), en las antípodas periodísticas de su hermano, aparece Mercedes Milá para cerrar la undécima edición, que se dice pronto, del Gran Hermano (GH).
No hubo sorpresas. Ángel se vio ganador desde que celebró en el suelo la expulsión de Gerardo la semana pasada (para mi el personaje de la edición junto a Tatiana).
Lo más destacable fue que la presentadora dejó atrás el gancho de ir adornada cada semana con un fruto seco, que lo que se vio de GH12 desprendía el típico aroma a Telecinco y no era tan futurista como se pretendía, y que, al menos dentro de la falsedad, se ha hecho justicia con el ganador en un programa que perdí de vista hace diez años. También, mostraron un montaje donde se veía la personalidad de Mercedes Milá fuera del directo; más de lo mismo.
Hablando de perder. Ya no se aprecia el buen rollo entre concursantes de la primera edición y los ganadores ya no tienen tanto carisma, aunque creo que Ángel tiene más que el último que se llevó el gato al agua. Todo ello sustentado en una lógica falta de ideas y sorpresas.
¿Qué necesidad hay de seguir produciendo el mismo programa otro año?
Pues muy sencillo. Telecinco configura su parrilla conforme a estos contenidos. Además, es una obra de culto de donde salió Kiko, gran profesional donde los haya, que, a su vez, vive de las otras ediciones. Un proceso retroalimentativo muy singular. Se come y se fagocita así mismo.
Pero hay un hecho que me consterna. GH intenta o simula crear una microsociedad dentro de un hogar. Salvando las distancias del premio monetario y de la posibilidad de actuar frente a unas cámaras, la realidad siempre supera a la ficción. Con esto quiero decir que si los concursantes me han parecido falsos, seguro que en la vida real hay gente igual o peor, de hecho he visto reacciones y comentarios en algunos casos, que me eran familiares. Es más, considero que es la propia sociedad y las relaciones interpersonales las que nos empujan a vivir con el fin como objetivo antes que hacía los medios para alcanzarlo.
Conclusión, somos lo que vemos y leemos.

1 comentario:

Moriarti dijo...

Mira que ver esa guarrería. to el día haciendo edredoning xD