viernes, 19 de marzo de 2010

Más de lo mismo


Director: Hermanos Hughes.
Año: 2010.
País: Estados Unidos.
Título original: El libro de Eli.
Música: Atticus Ross.
Intérpretes: Denzel Washington, Gary Oldman, Michael Gambon, Mila Kunis, Jennifer Beals, Ray Stevenson, Frances de la Tour, Tom Waits, Lateef Crowder, Chris Browning, Lora Martinez, Luis Bordonada

Una vez más, no se sabe de dónde se sacan el título del largometraje. La película anda cojitranca por el simple hecho de que Pere Molina, actor español de doblaje, dobla tanto al protagonista como al antagonista de ésta y como sólo hay un Pere (Molina hay muchos) pues ya nos topamos con la primera traba. Y es que Denzel Washington o Gary Oldman son 80% de voz y 20% de imagen. Esta es una vuelta de tuerca al dicho de “Una imagen vale más que mil palabras”.
El libro de Eli es una de esas películas tan de actualidad donde la humanidad se ve devastada por un cambio climático que les hace sobrevivir a lo Mad Max (tierra) o Waterworld (agua). Y, precisamente, están esos elementos de forma muy notoria en el argumento habiendo grandes extensiones de desierto y poca cantidad de agua. El contexto se centra en un momento posapocalíptico de la humanidad. Además, incluye como idea fuerte el elemento MacGuffin. Este recurso tan consabido no es otro que cuando un personaje tiene que encontrar un objeto perdido o lleva consigo un artilugio milagroso; como en esta ocasión.
El papel de Washington es un hombre a lo Riddick que es portador de un libro, el único de esos contenidos que quedan ya que las potencias mundiales se vieron inmersas en una gran guerra por quemar libros (Si, también recuerda a Farenheit 451). Gary Oldman es quien lo codicia todo y el que pretende arrebatarle el libro. Fuera de ahí el peral no da más peras.
Es inevitable el hecho de comparar cuando Hollywood lanza dos productos con un guión parecido y, tal vez (porque no la vi del todo), La carretera sea algo superior a ésta.
Con todo y con eso, el largometraje dura dos horas que no se hacen pesadas, cuenta con una banda sonora magnífica de la mano de Atticus Ross, tiene una grandísima escena de veracidad donde el protagonista aparece frotándose sus partes pudientes por higiene y una sorpresa argumental de esas que ya no se ven en el cine y, tal vez, algo cogida por los pelos.
De todos modos, hay una sensación de inconclusión como si la narración fuera perdiendo fuerza (si la tuvo) a medida que se aproxima el final.
Los hermanos Hughes que han dirigido El libro de Eli sostenían que pretendían desarrollar un proyecto con un tono de cómic en la escenografía y que puede apreciarse de manera demasiado subrepticia; oculta bajo un uso excesivo de la lente amarilla.
De cara a la galería queda la interpretación secundaria de Tom Waits, que da la sensación en sus escenas de ser más actor que cantante. En fin, otro largometraje mediocre para un Denzel Washington que no es, ni más ni menos, que el estandarte histórico del cine afroamericano junto a Sidney Poitier. Detrás de ellos ya vienen otros, pero no son ni la mitad de buenos ni carismáticos que la “dupla black”.

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