miércoles, 3 de febrero de 2010

La incomunicación de la burocracia

De nuevo Estados Unidos. La fertilidad de ese territorio debe tener algo especial para concebir a tantos artistas. A finales de los setenta la carrera de Jenny Holzer comenzó a cosechar sus frutos. En vez de las naranjas dulces de Valencia, ella regaba obras textuales en Ohio. Descubrió que todo texto proyectado sobre cualquier formato podía ser una obra de arte en sí misma. No importa quien hubiera escrito o ideado ese conjunto de frases, porque según la autora: “de esa manera son puro contenido, lo que sea que quieran decir”. Ya en 1977 comenzó su primera serie Tópicos, que no cobró cuerpo hasta que se le ocurrió presentarla sobre pantallas electrónicas en Times Square. Ya tenemos los dos pilares básicos de su obra: textos y pantallas electrónicas o cualquier otro soporte de la construcción y vestimenta. Desde entonces ha expuesto por medio globo: Nueva York, Viena, Turín, Texas, Berlín y Málaga, entre otras ciudades.

Siguiendo con la serie Tópicos, es preciso recordar algunas de las frases más notorias, como: el ruido puede ser hostil, la palabra sirve para ocultar la incapacidad de actuar y tienes que tener una gran pasión.
Centrándonos en la obra Red Yellow Looming, hay que recordar que es una composición de trece pantallas luminosas en las que se van reflejando mensajes desclasificados del gobierno, habría que escribir miles y miles de folios para llegar a vislumbrar todo lo que Jenny Holzer quiere transmitir. La artista está haciendo una dura crítica contra el Estado. Por ello utiliza como medio de transmisión las plataformas luminosas que podemos ver en los servicios sociales como hospitales, los centros de seguridad social, empleo, etc. Considero que ella se está decantando por una crítica burocrática. Pretende dinamitar al Estado desde dentro. Esos paneles rememoran mañanas perdidas y desayunos funcionariales de hora y media; evocan las legañas decorosas, el sostén caído y la corbata mal anudada; el querer decirlo todo con una frase en rojo y, en verdad, no decir nada. El anima de Larra con su Vuelva usted mañana en la mano se posa sobre Red Yellow Looming. Aunque es una obra electrónica no tiene sonido. Eso no repercute en que las letras amarillas y rojas resulten hostiles. Es como si gritasen: ¡Espere su turno! o ¡Le falta un papel en su petición!
Toda la composición quedaría muda sin el excelente juego de sombras. Una oscuridad moderna, ya lejana del tenebrismo de Caravaggio, pero que se sostiene con los mismos hilos invisibles (ver La vocación de San Mateo, de Caravaggio) de aquel afamado artista.
Galeristas no le faltan a esta americana. Sin ir más lejos dos españoles han patrocinado la exposición de esta obra. El primero de ellos fue Manuel González Longoria que prestó sus salas en 2004 para Red Yellow Looming. Hace unos años, con la feria de ARCO, signo del contexto en el que se mueve la artista estadounidense, Javier López ha patrocinado la segunda exposición de su composición. No hay que olvidar, que también estuvo en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga.
Por último, decir que apenas hay rastros de disconformidad por parte del Gobierno Estadounidense en la Red sobre esta pieza; deben de asumir sus top secrets. En contundencia es complejo ganar a los mensajes, frases y textos de Jenny Holzer. Algún líder carismático debería habérselo reconocido ya. Imaginen el diálogo entre el Dalai y Holzer: -Gracias Jenny, por mostrar un mundo donde las palabras derrotan a las balas.

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