martes, 2 de febrero de 2010

Sobre Blade Runner


Blade Runner, es la adaptación de la novela ¿Sueñan los androides con ovejas mecánicas? de Philip k. Dirk. Una de las películas más destacables de la ciencia ficción (con perdón de la muy recomendable Metrópolis de Fritz Lang). Hoy en día sigo viendo pequeños fragmentos o ideas de Blade Runner en muchas películas. Pero de todo ello ya hablaré más adelante. Introduciré un comentario de Carlos Boyero, que considero muy semejante a mi opinión: "La primera vez que la vi, me sentí agobiado, confuso, desbordado por un exceso de ambientación. No sabía si había asistido a una farsa ampulosa o a una pesadilla justificada. La prueba irrefutable de que una película te afecta es que durante un tiempo te sigan bailando las imágenes en la cabeza. Considero ejemplar el tono depresivo que lo sustenta todo. He entendido que no está hecha para gozar, sino para perturbar con el desasosiego inquietante. No sé si el futuro será tan asqueroso como lo pinta Ridley Scott, pero la exposición me deja alucinado. No por conclusiones moralistas, no por pretensiones adivinatorias, sino por la fuerza de las imágenes. Las sombras, la contaminación, el abotargamiento de la fauna heterogénea que se desarrolla en calles fantasmales, la desolación y olor a carroña reflejado en rostros cadavéricos, los interiores fríos y despersonalizados, la ausencia de cualquier vestigio de humanidad forman el armazón de este cómic sombrío. La automatización cruel del entorno es contagiable a los protagonistas y secundarios de la historia. Los replicantes son máquinas sensibles que escapan al control, que desean tener recuerdos, que se revelan contra el dominio de su supervivencia. Ridley Scott dosifica con astucia cualquier concesión durante la mayor parte del metraje para volcarse al final con una conclusión inesperada y grandiosa. La muerte de la máquina regalando la vida a su perseguidor, sensibilizándose hasta el delirio. Es un atrevimiento que bordea entre lo ridículo y lo poético. El director está más preocupado por crear un clima que por dotar de acción vertiginosa al relato. La lentitud expositiva no fatiga, sino que marca el tono triste. El esfuerzo y la imaginación de un diseñador original como Trumbull consigue una espectacularidad admirable. La música de Vangelis ayuda lo justo. Harrison Ford se desmitifica en un papel que no permite brillantez, en el que están ausentes la vitalidad y el desenfado de los personajes en que está encasillado”.
A mi también me costó entender el metraje por primera vez, de hecho creo que ni acabé de verla, hasta que años más tarde la puse y por fin conseguí entender el ritmo lento y su significado. No comparto la opinión del autor de la cita donde señala que el final roza lo ridículo. Para mi ese pre-final (no es el que cierra el metraje) me parece sublime, es como estar leyendo una poesía de métrica perfecta; es ahí donde me di cuenta de que el verdadero humano es el replicante y la verdadera máquina es el personaje de Harrison Ford. En cambio, el desenlace de la historia (ese típico final feliz) donde Harrison Ford se va con la replicante (Sean Young) considero que es un final banal, vacío y disparatadamente fatuo (¿Por qué el director introduce un final lleno de luz y de felicidad, cuando en toda la película sólo había sombras y tristeza?) pues porque le obligaron a cambiarlo y eso me descoloca un poco, creo que le quita hilo argumentativo al metraje (todo por consolar a un público acostumbrado a las historias de final feliz y bellos cuentos). En cuanto a Harrison Ford, mencionar que ese papel plano, sin ningún tipo de sentimiento y escrúpulos, es de lo mejor que he visto de él, aunque ya intentara desencasillarse (como dice Carlos Boyero) en películas como la Isla de los Mosquitos o la más actual Hitchcockiana Lo que la verdad esconde. Toda esa sobriedad, decadencia, paisajes lúgubres, contaminación, esa especie de “pereza” narrativa, te hunden a lo largo del largometraje en una desidia constante.
Ridley Scott se gradúo con gran experiencia y reconocimiento tras realizar el corto Boy and Bycicle, 1965 rodado junto a su hermano Tony Scott. Se le concedió una beca para viajar a Estados Unidos; durante aquella estancia trabajó como empleado en Time Life Inc. Y al regresar a Inglaterra se dedicó al diseño de los decorados. Años más tarde y gracias a su buena percepción de lo que había estado desarrollando, la BBC le fichó como diseñador de producción hasta que acabó ascendiendo al cargo de director (llegó a dirigir los primeros episodios de Z-Cars de la misma cadena que le había contratado). Pocos años más tarde, formó la RSA, compañía que acabaría alzándose como la productora de anuncios comerciales más exitosa de Europa. Curiosamente, Blade Runner 1982, se estrena un año después de la aparición de la industrialización de la música y del videoclip; ya que en 1981 aparece la MTV y las secuencias largas y escenas lentas, poco a poco, van desapareciendo. En cambio la cinta que analizo muestra un desarrollo bastante lento para lo que ahora estamos acostumbrados a ver (escenas rápidas y continuas).
Hace unos años, Ridley Scott fue contratado para dirigir una nueva versión televisiva La Amenaza de Andrómeda. Película que vuelve a tratar el tema de la ciencia ficción que tanto éxito le produjo, basado en una novela de Michael Crichton. Esta película ya fue dirigida en 1971 por Robert Wise. También produjo Mary, Queen of Scots, que, como el propio nombre indica, narraba la vida de la reina de Escocia.
Su hermano Tony Scott, cuenta también con algunos títulos que tuvieron gran éxito de taquilla, entre su filmografía destaca: Top Gun, , Súper detective en Hollywood II, Días de Trueno, El Último Boy Scout, Marea Roja, Fanático, Enemigo Público, Spy Game , El Fuego de la venganza, Domino y Deja vû. Ahora este director y productor está inmerso en hacer un remake de Los amos de la noche película que ya dirigió en 1979 Walter Hill y que se estrenó censurada en algunos países. El nuevo guión correrá de manos del creador de la serie televisiva Los Soprano donde una pequeña banda de Nueva York que tras asistir a un concilio de pandilleros es acusada de haber asesinado al líder de éstos.
Las grandes películas de ciencia ficción (tales como Alien basada en If the terror from beyond Space y Queen Blood. y cuyos decorados del octavo pasajero se sacaron del libro El Infierno de Dante han llegado incluso a crear una ciencia, la cual se encarga de analizar los decorados y los cuerpos de los personajes que han ido saliendo en la gran pantalla; mostrando los cuerpos de posibles formas de vida extraterrestre ( La Guerra de los mundos, Depredador, Ladrones de Cuerpos) barajando la posible similitud de la ciencia ficción con una futura realidad.
Multitud de cintas han copiado o han introducido fragmentos de Blade Runner, de las cuales señalo las siguientes: Cyborg, película protagonizada por Jean Claude Van Damme, donde el argumento de la película plantea un futuro donde el destino de la humanidad depende del cuidado de un androide que tiene una vacuna para salvarnos. La atmósfera es decadente y desértica, donde el pillaje y las violaciones gobiernan la sociedad. Sí, también está relacionada con el tema que estoy tratando Soldado Universal, pero apenas aporta nada a la historia del cine; al menos la anterior trata la ciencia ficción desde un punto de vista más profundo e interesante aunque no deje se ser por ello una producción de serie-B.
Robocop; esa cinta de la que se han hecho cuatro o cinco secuelas (ya perdí la cuenta). La historia gira entorno a un agente de policía que muere haciendo su servicio y que más tarde resucitan metiendo su mente en el interior de una máquina articulada que le permite vengarse de sus asesinos, porque dentro de la máquina androide, se encuentra también el alma del antiguo miembro de policía. Nos cuenta lo mismo que Blade Runner, máquinas que tienen almas humanas y que la sociedad duda de su utilidad y su obediencia. Aparecen rascacielos enormes, que muestran el gran progreso que se supone que en un futuro tendremos. No sería nada de extrañar que después de vendernos Hollywood Alien contra Depredador y Fredy contra Jason nos ataquen ahora con Robocop versus Terminator (cosa que no sería difícil puesto que el videojuego existe y unos cuantos tebeos cuentan tal historia).
Terminator; muestra un futuro desolador, derruido, devastado por el poder de las máquinas sobre la raza humana. Las máquinas que en un principio fueron construidas para la ayuda de la humanidad, acaban destruyéndonos. Bajo un aspecto totalmente humano (tal como eran los replicantes) se esconden unas sangrientas máquinas de matar, que no se detienen ante nada. Un rebelde viaja al pasado para intentar cambiar el futuro. En esta película se ve, perfectamente, esa visión ruin del futuro, un futuro que se forjan los propios humanos. Esta saga de cuatro películas amansó millones de dólares por todo el mundo, reforzó la imagen de superestrella de Arnold Schwarzenegger (principalmente en la secuela), supuso un escalón más en los avances de la tecnología visual y consagró a uno de los mejores diseñadores de efectos visuales Stan Winston (que ya se encargó de dar vida a los alien en Aliens: El Regreso, junto con James Cameron otro representante del cine más comercial de Estados Unidos). Stan Winston puso también su sello personal en los FX de Abyss, Parque Jurásico y Entrevista con el vampiro, entre otras. Otra cuña donde se mezcla la realidad con la ciencia ficción (la primera que destaqué es la de la ciencia encargada de analizar la similitud entre los personajes inventados y los reales) es la presentación de los Stan Winston Studios del robot Leonardo.


El robot.

Un animatronic de 61 grados de libertad, 32 de ellos colocados en la cara para gesticular. Puede mostrar gestos casi humanos. No está diseñado para andar, todo la capacidad radica en la cualidad de gesticulación y la de manipular pequeños objetos con gran facilidad. Tiene una apariencia orgánica y de criatura imaginaria, no intenta imitar nada viviente (pero se podía haber logrado de igual manera) sigue la filosofía de que los robots nunca serán perros, gatos, humanos, nada que pueda conducir al error como la ciencia ficción nos advierte una y otra vez. Todo el sistema cibernético está controlado por un software embebido e implantado en una FPGA. Un chip programable con distintas respuestas lógicas gracias a la empresa Xilinx Virtex.
Otra película que muestra referencias directas con la de Ridley Scott es Dark City el director de la también oscura El Cuervo. En ella nos cuenta como en una ciudad atemporal la raza humana se ve amenazada por otra raza extraterrestre que se alimenta de nuestros propios sueños cuando dormimos. Sólo hay una posibilidad (el explotado recurso del elegido) donde sólo un hombre será capaz de derrotar a los alienígenas haciendo que todo vuelva a la normalidad. Un largometraje que te noquea desde el principio con una decadente puesta visual, donde el negro y el marrón oscuro manchan toda la ciudad de pesimismo y tristeza. El tiempo y el espacio, son inexistentes en esta película (la ciudad no se sabe cuál es ni dónde se sitúa. Al final se ve que está flotando en el espacio) al igual que Blade Runner, muestra un futuro tan inhóspito y decadente, que ya de por si la imagen misma de la ciudad se puede considerar otro personaje más. Comete el mismo error de la antecesora. El mostrar un final feliz, lleno de luz, de brillos intensos, cuando en toda la película se masca una atmósfera densa y desconcertante (una verdadera lástima). La peste comercial de Hollywood no tardó en manchar a ese elegante y buen director Alex Proyas (curiosamente a Ridley Scott la crítica le reprocha lo mismo, pero este tardó menos en corromperse). Fue con Yo, Robot. Una adaptación del libro de Isaac Asimov. Donde se ven los típicos rasgos de una película taquillera frecuente en la cartelera de cualquier caluroso verano (acción numerosa, un protagonista de chistes fáciles, la chica guapa le acompaña, efectos especiales en la mayoría del metraje… ). Hasta en ella se ven matices de la de Ridley Scott. Androides destinados a ayudar a los humanos, los cuales acaban revelándose y levantando una rebelión que pone en jaque a la raza humana. De nuevo la osadía del ser humano, vuelve a ponerse en su propia contra.
Películas como Cypher recrean un futuro próximo donde una conspiración entre humanos debe ocultarse, borrando con ello la memoria del protagonista y cambiándole la personalidad. Una vez más un futuro hostil que se vuelve contra nosotros mismos. Llega a ser una imitación de Desafío Total, Paychek o Minority Report. Desconozco como logra ser más interesante que las dos anteriores con unos actores secundarios y un presupuesto muy por debajo de lo necesario para hacer una decente película. En cambio ésta lo consigue. Hasta el cine de animación apuesta por la “robotmanía”. La Fox estrenó en el 2005 Robots. Donde recrea un mundo en el que sólo existen los robots.
A.I ( Artificial Intelligent) sigue en esa línea de androides que se insertan en la sociedad. Una gran película a la altura de la comentada. Un futuro donde las heladas y las inundaciones han devastado el planeta y donde se ha llegado a colonizar la luna. Steven Spielberg pretendió dejar en la retina otra obra de Kubrik. Parece haberlo logrado sin despeinarse.
Me reservo para el final las dos películas más interesantes que encuentro desde aquel 1982, donde aprecié por primera vez el “futurismo”.
La serie-B ha dado con la idea más original de los últimos años. Una trilogía angustiosa Cube, Hipercube y Cube Zero. Habla de una especie de cárcel en forma de cubo (el propio cubo está compuesto de otros 625 cubos menores, los cuales se reconfiguran y se mueven continuamente). Los presos eligen la prueba de intentar escapar antes que preferir la muerte instantánea (lógico), pero cada cubo guarda una trampa mortal que va aniquilando un personaje tras otro. Nunca me había angustiado tanto con una película, como con cualquiera de éstas. Blade Runner se alimenta de esa angustia que te provoca cierto malestar en el estómago. En cambio la tensión de la película y el complejo hilo argumentativo (porque no sabes que hacen los personajes allí, ni quién diseña el cubo, hasta la tercera película de la trilogía donde se explica el origen de todo) te descoloca tanto que te acaba dejando cierta jaqueca. Sigue alrededor de la estela del uso maquiavélico de la tecnología, que se acaba volviendo contra el ser humano. También a medida que avanza la trama, se ve quien es más humano y quien forma parte de todo el argumento fatalista, prefiriendo la muerte de algunos compañeros del cubo antes que la suya propia. Una película que innova tanto en el cine de la ciencia ficción como en el cine gore, con escenas sangrientas producidas por la propia tecnología avanzada que sustenta al cubo.
Y como no, Matrix (las secuelas son prolongaciones de la idea principal por tanto me centraré en la innovadora). El mundo desolador, dominado por unas máquinas que cultivan humanos para generar energía, la misma que les permite subsistir en un mundo mecanizado y contaminado (¿a qué suena?). Todo está oculto a través de un programa que imita la realidad cotidiana, que es un sistema irreal generado por ordenador y que asemeja la realidad que en teoría debería existir. El elegido es quien solucionará de nuevo la situacìón. Esta obra maestra de la ciencia ficción se basa en la misma Biblia, al igual que en 2001: Odisea en el Espacio se podía masticar ese toque religioso. Se cogen nombres bíblicos o místicos (como Trinidad, Trinity o Morfeo) a su vez maneja la originalidad de Dark City en los nombres propios (señor Libro, señor Mano, señor Ojo) en los personaje que acompañan al héroe. Tales como Cable, Interruptor, Ratón, nombres que subrayan objetos matizando la inserción de la tecnología en esa realidad pesimista y completamente mecanizada.
Esta película de unos hermanos con apellido impronunciable, no sólo pasará a la historia por su argumento, sino por dos cosas fundamentales: el hecho de innovar en lo que se conoce como ciberpunk, estancado desde la cinta de Scott. Ahora el cuero vuelve a vestir a los personajes, la gomina, la ropa oscura, lo ceñido al cuerpo, lo elegante y lo provocador y por los novedosos FX que se sitúan en un escalón por encima de los ya vistos a principios de los 90. La ralentización de las imágenes, ver las balas de las pistolas flotando, ese efecto de no haber gravedad donde los protagonistas parece que flotan en el aire, hacen de Matrix tal vez la digna sucesora de Blade Runner. Habrá que ver lo que nos sigue trayendo la ciencia ficción después de Avatar que copiará tecnología en dos futuras entregas...
Aun recuerdo mi sonrisa de incredulidad, cuando Silvester Stallone mencionaba en Demolition Man la proclamación de cierto actor musculoso en el cargo de gobernador. La ciencia ficción es la única que puede imitar la realidad, convirtiéndose en real.

1 comentario:

Ruben Barroso dijo...

No diré nada. Simplemente échale un vistazo y flipa.

http://www.youtube.com/watch?v=cHJJQ0zNNOM