jueves, 3 de junio de 2010

V de vuelta a lo innecesario


Sin ver aún la versión original de V en esta nueva adaptación de la anterior saga de 1984, ya se puede sostener que esta serie anda un poco retirada de aquel carisma y cuenta con una trama algo más insulsa que su predecesora. Aun así no acaba de disgustar completamente.
A su favor tiene los efectos especiales, que, evidentemente, son mejores que antaño y un equipo de maquillaje óptimo. Dentro de esta enumeración positiva destaca con creces Morena Baccarin, la bellísima mulata que encarna, en esta ocasión, a la líder de los reptiles extraterrestres bajo el nombre de Anna (la posibilidad lingüística de este sustantivo propio es que se lee igual de izquierda a derecha como a la inversa. Puede haber sido escogido por el recurso literario de tener dos nombres semejantes en dos identidades distintas). Por otro lado, la mejor historia, por el debate religioso y moral que descubre, es la del padre Jack Landry (Joel Gretsch). Buena elección de los tonos grises y azules en la vestimenta alienígena sustituyendo a la indumentaria roja, que puede significar peligro o cuidado (como las señalizaciones viales). Estos factores quedan supeditados a una de las cadenas más importantes de América como es la ABC y a la producción de la distribuidora Warner Bros.
En contra, por desgracia, posee más elementos característicos como tal que positivos.
Han prescindido de la cabecera. Esto ni es bueno ni malo. Con el símbolo de la V en rojo sobre un fondo en negro lo han resuelto. La historia de la madre que trabaja en el FBI y su hijo no interesa mucho. Generalmente se sabe lo que va a suceder antes de tiempo, por lo que indica que se han limitado a seguir con los clichés o argumentos reiterativos. La agente del FBI y el cura entablan confianza desde el primer episodio por lo que no es demasiado fiel a la realidad. Repiten la idea del típico periodista que es capaz de manipular a la opinión pública. Cuando definieron hace más de una década a Scott Wolf como el sustituto de Tom Cruise se referían a futuras interpretaciones y papales; no que le copiara la forma de actuar como aquí parece. Además, el tiempo ha demostrado que no era para tanto.
Para mayor contraposición, la anterior saga contaba con Michael Ironside y Robert Englund; dos auténticas estrellas secundarias de los ochenta. ¿Quién les releva en la actualidad?
En resumen. Era innecesario otro remake de un clásico. Y si esta serie es las más fuerte de la cadena ABC… mal le va a ir. Producciones de otros rivales como Hung prometían más y no han acabado demasiado bien. Otro producto ni fu ni fa.

1 comentario:

Daniel Atienza López dijo...

Agradezco los "No molan" tanto como los "Sí". No está de más especificar en un comentario los motivos que desagradan tanto en mi texto como en los propios contenidos. Siempre será más enriquecedor que un simple tick.