jueves, 20 de mayo de 2010

Libres, por encima de todo.


John Stuart Mill
Sobre la libertad
Madrid. Biblioteca Edaf. 2004. Primera edición en 1859.
7.50 euros.
249 pág.

Este filósofo inglés ha escrito un ensayo fabuloso sobre la libertad. En cuanto a los aspectos puramente formales, destacar la mala función del traductor (siempre un impostor) ya que puntúa mal algunos pronombres haciendo del adjetivo solo algo inexacto por las normas de la RAE que ya no obliga a colocar el acento fónico para distinguirlo. Y es que es interesante saber si estos pequeños errores gramaticales los cometía el autor o el transcriptor.
Sus argumentos son, en suma medida, acertados y precisos. En uno de ellos afirma que la Revolución Francesa no se hubiera producido de no ser por un detonante en un momento dado por parte del pueblo maltrecho. En aquel caldo revolucionario puede ser que con cualquier chispazo, y ya no sólo por parte del populacho, se encendiera la mecha.
Lo que viene a sostener la publicación es que cuantos más seres libres haya en una sociedad, más beneficioso será para ella y su expansión o productividad. Por eso, un ateo no debe ser mal visto y un hereje tampoco. En la disparidad está la riqueza.
Sin proclamarlo a los cuatro vientos, el filósofo destierra uno de los mayores lastres de la civilización y ese no es otro que la intolerancia; creerse en posesión de la verdad más absoluta y firme (cuando este logro es del todo inabarcable). Ni los católicos deben creer que su dios es el Dios auténtico ni los musulmanes que Alá está sobre otras deidades. Ahonda más profundo al cuestionar las bases para edificar un Estado desde textos publicados en el Corán o en la Biblia. Además, incide en que el fin de la religión es creerse superior al enemigo. Golpea a La Iglesia con argumentos sólidos: “el cristianismo te enseña a no hacer el mal, en vez de buscar el bien a toda costa". Es cierto, puesto que la religión inculca a la inoperancia más que a la diligencia.
En otros ámbitos, no menos interesantes y analíticos, describe a China como un país estancado. Sobre la libertad es un libro de notable actualidad. Pero, el autor, probablemente, no se imaginaba por entonces a una China que ya es casi la primera potencia mundial y que sigue bajo el autoritarismo político. Este hecho, siguiendo con el ensayo de John Stuart Mill, lo que genera no es un estancamiento, sino una regresión para los derechos fundamentales y el desarrollo individual.
Tan de actual es el libro que en el siglo XIX colocaba como ejemplos de países modernos, y mejor cualificados para desarrollar un Gobiern, a Estados Unidos y Francia; hoy sólo se cambiaría el país galo por el germano.
En otras tesituras, avisa del peligro que se corre ante la mediocridad impuesta por la sociedad. Tan perniciosa que mutila a los genios por el simple hecho de ser distintos. Este raciocinio queda reflejado en los procesos judiciales que se instauran cuando alguien, que ha decidido mantenerse al margen de los modelos, es tomado por loco a la hora de tratar su herencia. Los jueces reconstruyen cómo serían sus acciones de seguir con vida y así dictan a posteriori.
Expone un límite a la libertad y ese no es otro que cuando la libertad de alguien daña a los demás (por buscarle un ejemplo periodístico sería la calumnia e injuria).
Por último, destacar que respalda el contrato social de Rousseau, aunque sea paradójico porque lo que pretende el texto francés es amputar las artes y culturas libres de la sociedad en detrimento de un avance y labor “cómoda” por parte del Estado vinculado a la retroalimentación individual.
En su contra queda el hecho de creer que hay una espiral de silencio, mitigada por el miedo o timidez. Esta hipótesis es refutable por la presencia tanto de los sinceros condescendientes, que pueden expresar su opinión como por parte de los verduleros y chabacanos, tan molestos con su expresión como claros y tajantes; lejos de que estén en lo cierto o no. Y en tiempos de crisis y malestar pocos son los que se callan cuando se les pisa. Aún así, es lógico que haya gente que no vea conveniente expresar su opinión, pero es una pequeña minoría.

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