jueves, 20 de mayo de 2010

Arte desde Corea del Norte

Ya se ha montado el lio. Una muestra de arte norcoreano, que expone una clara temática sobre el régimen de Kim Il-sung cuando era dictador de Corea del Norte, ha levantado ampollas para sus detractores. La exposición tiene el escueto nombre de Flores para Kim Il-sung: Arte y arquitectura de la República Democrática Popular de Corea y se exhibe en el museo austriaco MAK.
El director de dicho museo ha tenido gran ojo ya que este debate generado le viene muy bien de cara a la publicidad y su correspondiente recaudación. De facto, la controversia es una característica pública muy ligada al arte.
Aquí, en Barcelona, también se están exponiendo reproducciones artísticas del país coreano sin tanto ruido. El dato demuestra el avance de la sociedad catalana y lo cercada que está la de allí.
Los treinta carteles propagandísticos subyugables del fallecido padre de Kim Jong-il son bastante básicos, pero la obra de Ri Tong Gon In early morning muestra más connotaciones artísticas que los otros dibujos dictatoriales.
Aparecen cinco mujeres asiáticas sonrientes ataviadas con ropa cómoda como si fueran a irse de excursión al campo, pero contrasta la imagen de una ciudad de rascacielos corroída por la polución ambiental. Otro aspecto a destacar es que van paseando por mitad de la calzada. Ellas son el primer plano y el segundo, conseguido por el punto de fuga marcado por las líneas de circulación en la carretera, es el paisaje de la ciudad donde se muestra un trabajador del estado que va limpiando la calle con una sonrisa en el rostro. Un hecho ficticio puesto que no es muy dado la expresividad en su cultura. Algo que habrá sido bien acogido por el posible líder que haya encargado el cuadro.
Un detalle obvio es el color rojo en sus ropajes. Símbolo del comunismo o el hecho de que tres de las cinco protagonistas lleven consigo una escoba como si estuvieran limpiando la sociedad a su paso. El segundo color más importante es el azul para infundir tranquilidad y sosiego.
El título hace mención al modelo que intenta implantar el régimen autoritario: trabajadores sonrientes desde por la mañana.
Pues sí. Es arte.

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